PERFIL DEL LIDER hacia un liderazgo virtuoso

Publicado el 28 octubre 2010 por Javier Pérez Caro @JavierPerezcaro

Estimados amig@s:
“No vueles como un ave de corral,
cuando puedes subir como las águilas.”
Jose Maria Escrivá
, Camino, nº 7Sinopsis:
Hacer de las virtudes la base de la excelencia personal y la actividad profesional resulta más necesario que nunca para hacer frente a la crisis actual, sobre todo social y de valores.
Este libro es fruto de la incansable actividad del autor que ha impartido en numerosos países su seminario sobre Liderazgo y Excelencia a directivos del sector privado y público, a formadores, a altos funcionarios y a estudiantes de MBA. A partir de las vidas y del ejemplo de algunos de los políticos, intelectuales y líderes religiosos más importantes de los tiempos modernos, amén de la experiencia personal del autor, este libro demuestra que liderazgo y virtud no solo son compatibles, sino que son realmente sinónimos.
Novedoso en cuanto su conceptualización, clásico por sus referencias, Perfil del líder ofrece un método concreto y práctico para lograr un auténtico crecimiento interior, pensado especialmente para todos aquellos inmersos en las preocupaciones profesionales pero que quieren imbuir sus vidas de un propósito trascendente. De este modo, este libro pretende convertirse en una auténtica guía para la búsqueda de la excelencia personal.
“La madurez es el corazón del liderazgo personal: solo una persona madura es capaz de dirigirse a sí misma hacia el destino libremente escogido, concebido como una misión personal.”
P. Cardona
y P. García Lombardía

Prólogo:
…, bajo la apariencia de optimismo universal, la época moderna esconde un profundo pesimismo acerca de la naturaleza humana. La consecuencia es una honda separación entre lo público y lo privado. En lo privado, precisamente por la debilidad humana y por su presunta libertad absoluta, vale todo, con tal de no perjudicar a otros. En lo público, dado que no podemos apoyarnos en la virtud de los lideres –sean políticos, empresarios, etc.-, puesto que no es posible o muy rara la virtud, todo ha de colocarse en las leyes y reglamentos y en la implacable imposición de su cumplimiento. El miedo al castigo se pretende que remedie la debilidad moral.
Las leyes y la coacción no solo no sustituyen a la ética, sino que usadas sin ética son inhumanas. No hay más salida de la crisis que el ejercicio de la virtud.
Rafael Alvira
“Es a través del carácter como se ejercita el liderazgo.”
Peter F. DruckerIntroducción:
El liderazgo no es solo lo que nosotros podamos imaginar de manera superficial. Al oír esta palabra, nos imaginamos a jefes de estado o de gobierno, moviendo a las naciones a actuar, a jefes de empresa lanzando al mercado productos que cambiaran nuestras vidas, a generales al mando de sus ejércitos en el campo de batalla. Se piensa que consiste en una amalgama de ambición, carisma, habilidad, competencia, dinero y en un don para estar en el lugar oportuno y en el momento oportuno.
Indudablemente, estos son talentos y cualidades que deben aprovecharse al máximo, pero ninguno de ellos constituye la esencia del liderazgo.
La esencia del liderazgo es el carácter.
Platón definió cuatro virtudes humanas principales:
1.- Prudencia: para tomar buenas decisiones
2.- Justicia: dar a cada uno lo suyo y entrar en el corazón de los demás
3.- Fortaleza: mantener el rumbo y resistir a cualquier tipo de presiones
4.- Templanza o dominio: sujetar las pasiones al espíritu y dirigirlas hacia la realización de nuestra misión.
Hay que mencionar dos virtudes más:
- Magnanimidad: responder a la propia vocación, realizar la propia misión, fijar objetivo personales elevados para uno mismo y todos los demás.
- Humildad: superar el propio ego y servir a los demás de manera habitual.
Las virtudes no son un sustituto de las competencias profesionales; son más bien una parte sustancial de esta
Los líderes no recurren jamás a la manipulación. Raramente recurren a las potestas, el poder propio de su cargo; dirigen principalmente mediante autoritas, la autoridad que se desprende de su carácter. Quienes carecen de autoridad y sucumben a la tentación de ejercer un poder excesivo no son líderes: son usurpadores. Es un círculo vicioso: el que carece de autoridad tiende a abusar de su poder, lo que provoca una erosión mayor de su autoridad. Él mismo bloquea definitivamente el camino hacia el autentico liderazgo.
La virtud no es algo que cultiva ante todo para tener eficacia en lo que hace. Cultiva la virtud en primer lugar para ser mejor personas. Areté, la palabra griega para virtud significa excelencia en el ser antes que excelencia en el obrar. De hecho, la excelencia en el obrar no es más que una consecuencia de la excelencia en el ser.
Alexandre Dianine-Havard

“El que entre vosotros quiera ser grande,
sea vuestro servidor.”
Mateo 20, 26
Perfil del líder, es un libro que profundiza en las virtudes de la persona para llegar a ser un líder ejemplar. En sus páginas Alexandre Dianine-Havard nos explica la grandeza del servicio, el sentido común, la humildad, la voluntad firme, la sabiduría práctica, la unidad de las virtudes, el perfil moral del líder, la influencia cristiana y concluye con un programa para ayudarnos a ser lideres virtuosos.
Solzhenitsyn escribió una vez “¡Si las cosas fueran tan simples! ¡Si fuera posible identificar a las personas malas qué cometen insidiosamente actos malvados, separarlas de los demás y aniquilarlas! Sin embargo, la línea de separación entre el bien y el mal atraviesa el corazón de cada ser humano. ¿Y quién se presenta voluntario para destruir su propio corazón?”
Con su infalible ojo estratégico, Solzhenitsyn penetro en la esencia de nuestro asunto: el corazón humano.
Los que están dispuestos a convertir su corazón son líderes. Los que no quieren hacerlo son caballos perdedores.
Los líderes nunca están satisfechos consigo mismos. Siempre están “en camino”, durante toda su vida se esfuerzan en progresar.
El liderazgo no excluye a nadie. No es una vocación para unos pocos privilegiados, sino para muchísimas personas. El liderazgo no implica forzosamente la fama, pero sí, siempre, la virtud. Siempre está a nuestro alcance.
La virtud contribuye poderosamente al éxito en nuestra vida profesional y privada, pero no lo garantiza. En no pocas ocasiones, la virtud conduce al ostracismo (Solzhenitsyn, Escrivá, Lejeune) o a la muerte (Stolypin, Tomas Moro, Juana de Arco).
Cualquiera que sea la virtud, si la practicamos, hará de nosotros un punto de referencia para los que nos conocen, y siguen el camino que hemos trazado. Cuanta verdad encierran estas palabras de Escrivá: “Nos despreciéis las cosas pequeñas, porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas –que nunca son futilidades, ni naderías- fortalecerás, virilizaras, con la gracia de Dios, tu voluntad, para ser muy señor de ti mismo, en primer lugar. Y, después, guía, jefe ¡caudillo!..., que obligues, que empujes, que arrastres. Con tu ejemplo y con tu palabra y con tu ciencia y con tu imperio”.
En esta fructífera combinación de humildad, dominio de sí y magnanimidad se encuentra la clave del liderazgo.
“Yo no enseño a dirigir personas en el trabajo (…).
Sobre todo enseño a dominarse a uno mismo.”
Peter F. Drucker


PERFIL DEL LIDER
Hacia un liderazgo virtuoso
Alexandre Dianine-Havard
Ediciones Palabra

Octubre, 28
"Tu mayor enemigo eres tu mismo.”
Jose Maria Escrivá, Camino, nº 225

Recibid un cordial saludo