La difusión de "El Día" fue siempre netamente superior a la de "El Diario", más del doble en algunos momentos si nos atenemos a las cifras del impuesto del Timbre de Franqueo. A principios de siglo la orientación netamente republicana de "El Diario" contribuyó a que sus lectores se centraran en la ciudad. Con el paso del tiempo, su evolución hacia posturas más conservadoras le hizo ir ganando apoyos también en la provincia. Por su parte, el catolicismo siempre declarado de El Día y su mayor atención a los problemas de la provincia, con vigorosas campañas agrarias en defensa del proteccionismo, fueron decisivos a la hora de ganarle simpatizantes en el mundo rural. A partir de 1924 las distancias fueron abriéndose entre El Día y El Diario hasta el punto de que en 1930 el primero casi cuadruplicaba el importe total del impuesto por franqueo que abonaba su rival. Ello se debió sin duda a la condición de órgano de la Federación Católico Agraria Palentina que El Día ostentaba desde 1921 y que lo convertía en el periódico de preferencia para muchos miles de campesinos. En los años veinte la Federación reunía 15.000 socios repartidos en más de 120 sindicatos, agrupando a labradores de 250 pueblos, más de la mitad de los existentes en la provincia. Ello significaba que más de un tercio de los vecinos dedicados a las tareas del campo se hallaban bajo la cobertura federal. A la altura de 1930 puede decirse que la prensa palentina empezaba a ser "prensa de masas" en un sentido casi literal, con una tirada conjunta de más de 9.000 ejemplares de los dos diarios según las Estadísticas Oficiales.
En definitiva, entre 1821 y 1936 la provincia de Palencia asistió al nacimiento, desarrollo y consolidación de una prensa propia. Había surgido un nuevo elemento en el paisaje social palentino que, en cierto sentido, se convirtió en la mejor expresión del periodo que había comenzado en el país tras la revolución liberal. Durante ese largo trayecto, la prensa, que inició su andadura de forma titubeante, acabó por convertirse en un agente de primera magnitud en el devenir histórico provincial. Su evolución fue notable. De minoritaria a fenómeno de masas. De capitalina a provincial. De portavoz político a órgano de información consolidado. De coyuntural a empresa organizada. De ocupación circunstancial a profesión socialmente reconocida. De la nada a referencia diaria inevitable en la vida de un pueblo.
Puede afirmarse que la prensa desempeñó un papel fundamental a la hora de configurar de una manera inequívoca un cierto sentimiento de pertenencia a una comunidad diferente y diferenciada de otras. Eso que dio en llamarse "palentinismo" y que se plasmó en constantes campañas en defensa de lo propio, ya consistieran en la reivindicación de medidas proteccionistas para el campo castellano, en la petición de mejoras para el adecentamiento o salubridad de la capital o en la reclamación de infraestructuras para la provincia, La prensa adquirió de este modo una función social de primera magnitud. El papel impreso se convirtió en la voz de la provincia, en cierto sentido en el reflejo del "alma" de una comunidad. Más allá de su virtualidad como "cuarto poder", una función ciertamente reservada a los periódicos de la villa y corte, la prensa de provincias encontró su sentido histórico último precisamente en esta misión de representación del sentir de un pueblo. PublicacionesPeriódicos y periodistas en la montaña palentinaJosé-Vidal Pelaz LópezCultura y Comunicación, 2006