El mal periodista es muy fácil de reconocer, especialmente para aquellos que siempre buscan la verdad, es decir para quienes usan el pensamiento crítico.
La Audiencia Provincial de Madrid confirma la condena a Federico Jiménez Losantos y a Libertad Digital S.A con una cuantía de 10.000 euros por daños morales a Carolina Bescansa al vulnerar su honor.
El motivo que recoge el fallo son los comentarios contra el hijo de la exdiputada, también se hace eco de la afirmación de Jiménez Losantos de “si llevo la lupara, disparo” contra miembros de Podemos en marzo de 2016.
La lupara, para aquellos que no sepan de qué se trata, es un arma del siglo XIX, viene de Sicilia y fue denominada como “LUPARA”, porque se usaba para conducir lobos. La mafia la usó para resolver sus cuentas. No es de extrañar que el energúmeno este elija este arma para su disparate verbal, no sólo porque es un arma destructiva como él mismo, sino porque es vetusta, pasada, añeja, arcaica, anticuada, primitiva y trasnochada como las mismas ideas de este bestial, bárbaro, inhumano, cruel, vándalo, violento, avinagrado, déspota, grosero y salvaje sujeto.
El seudoperiodista de EsRadio, porque desde luego un periodista no puede ser un individuo de tan baja calaña, se ha atrevido incluso a decir en sus espacios rebosantes de maldad fascista frases como “es que yo veo a Errejón, a la Bescansa, a la Rita Maestre y me sale, me sale el monte, no el agro, el monte, si llevo la lupara disparo”. En realidad, tampoco es que esto sea de extrañar, pues de semejante pútrida boca de malhechor, bandolero, canalla y rufián, lógicamente nadie espera escuchar palabras de afecto, finura o gallardía.
Se presupone que las virtudes son cualidades positivas que tenemos y que proporcionan un bien para uno mismo y para los demás. Una mala persona como esta, en consecuencia, carece de de virtudes, carece de ética, no sabe convivir con otros pacíficamente y con respeto.
Sólo posee antivalores y sus acciones son completamente contrarias a las virtudes y como la mala persona que es, sólo puede demostrar indiferencia, insensibilidad, descortesía, irrespetuosidad, deshonestidad, irresponsabilidad, intolerancia y soberbia.
La aparición de casos como este hace que la sociedad se plantee en voz alta por qué existen este tipo de personas. ¿Nacen o se hacen? Algunos expertos opinan que el entorno, la familia, la educación, es decir, el fluir de la vida de una persona desde su infancia hasta la edad adulta es lo que conforma su carácter emocional y su pensamiento. No quiero imaginar qué vida tan horrible ha podido llevar este elemento entonces. Quizás en el colegio le tiraban de esas enormes orejas los demás niños y se burlaban de él. O tal vez, y esto puede que vaya más con su talante deformado, fuera de esos huidizos malintencionados que se esconden en una esquina solos y maquinan cosas truculentas contra los demás, incapaces de relacionarse con el colectivo.
En cualquier caso, palabras de esta vileza, como las relacionadas con el bebé de Carolina Bescansa, donde llegó a decir que “pobre bebé de la Bescansa. Debe estar en algún contenedor porque ya no lo han vuelto a sacar, no sé que habrán hecho con él, lo habrán dado en adopción.” Esto vulnera el honor de la demandante, está claro, pero también vulnera la sensibilidad de aquellos que lo leemos o escuchamos. Este personaje técnicamente es un psicópata. Distingue perfectamente entre el bien y el mal. No está enfermo. Simplemente es un manipulador y se lo pasa bien haciendo sufrir con sus críticas repugnantes a los demás. Le gusta la violencia y está claro que no le preocupa recibir un castigo por sus exageradas, crueles y salvajes críticas. Carece de remordimiento o sentimiento de culpa.
Este esperpento también ha cargado contra Pedro Almodóvar, “Él no quiere saber nada de Vox, pero sí supo muy bien sacar su dinero y meterlo en Panamá», afirmó. «Hace falta estar muy mal de la cabeza, de la memoria, para decir: ‘Niego la existencia de Vox’. «¿Pero tú quién eres, macaco? ¿Jehová?», añadió Jiménez Losantos.
Es un botarate, irreflexivo e insensato que acumula tal colección de frases grotescas como él mismo, tantas que podrían dar para un libro con más páginas que las tragedias reunidas de Shakespeare. Para ejemplo un botón:
– “Odiosa Izquierda de Falconetti y el marqués de Galapagar.”
– “Asalto a la tumba de Franco.”
– “La Izquierda, no, que son la negación de cualquier valor moral.”
– “Con Vox sí se puede sumar.”
– «Vox no es un obstáculo, es una ayuda.”