Después de los pobres decapitados de la semana pasada y de la reseña del Cantar de Mio Cid, hoy volvemos a la misma época con una clase de Historia, aunque no os fiéis demasiado, porque me parece a mí que no vamos a aprender mucho... Como veis, el periodista ha confundido guerras intestinales con guerras intestinas, o lo que es lo mismo, internas, civiles. Vale que las dos palabras se parecen, pero el significado es muy diferente en un caso y en otro... ¿Os imagináis unas guerras intestinales? Menuda porquería tenían que ser...
Abrazos periodísticos para todos.