Hace unos días, no muchos, hablaba de como algunos periodistas rompen la barrera de la deontología básica y del comportamiento profesional para obtener beneficio personal. Ponía los casos recientes de Ana Rosa Quintana y Federico Jiménez Losantos pero es un concepto que en cierta parte del periodismo está muy extendido y que no conoce de líneas editoriales, televisivas o radiofónicas: igual contamina a unos que a otros por mucho que algunos a veces se rasguen las vestiduras, a despecho de hemerotecas, como ha hecho recientemente Pedro J. Ramírez en relación con la entrevista entre Ana Rosa Quintana y la mujer del asesino, todavía presunto, de la niña Mari Luz.Extendido pero no por ello ha de ser aceptado y mucho menos digerido. Hoy traigo un ejemplo de este mundo, el de la calumnia barata, el del periodismo ramplón, el del "todo vale". Sabía que no debería esperar mucho antes de que una noticia de este jaez saliera a la luz: cada poco aflora alguna.En este caso, ver más detalles aquí, se tiene que la querella interpuesta por un conocido periodista, que no juega a este periodismo rosa, se resuelve seis años después, desde 2005 coleaba el asunto y habiendo llegado hasta la alta instancia del Tribunal Supremo de Madrid. Una indemnización de 50.000 euros, tras varios recursos y apelaciones, que acaban con el sainete repetido de la intromisión en la vida privada por el morbo de conocerla, por enterarse de cosas que ni son noticiables ni a casi nadie interesa.Seis años, esfuerzos personales del periodista, batalla legal y, al fin y a la postre, 50.000 euros que, como dice la maldición gitana, solo consagran el sufrimiento del "juicios tengas y los ganes". La productora del programa en cuestión obtuvo el beneficio en su tiempo, probablemente lo "arrastre" ahora y alimente esa hidra terrible del periodismo que amenaza con fagocitar al universo para convertirlo todo en ese engendro terrible que se llama telebasura. Yo lo llamaría simplemente periodismo basura.Indefensión, mentira, manipulación, de nuevo: de unos y otros atendiendo a sus espurios intereses, y al final y a la postre uso de la justicia, y sus defectos, en beneficio propio. ¿Es esto el futuro del periodismo?Periodismos que no lo son. Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.