Una de las mejores cosas de viajar como periodista es que continuamente te llega información muy interesante. Conoces a muchas personas nuevas al día, muchas historias, realidades….Será por mi profesión que, cuando viajo, prefiero conocer mejor cada lugar que visito, hablar con la gente local y aprender, o intentarlo, el idioma en la medida de lo posible, que ir corriendo de un lugar a otro para ver muchas ciudades. De hecho, siempre me pasa que esté en el país que esté, acabo conociendo menos lugares que otras personas que llevan muchísimo menos tiempo en la misma región que yo.
Estos días estoy en el eje cafetero colombiano, una maravilla de lugar. Concretamente en Salento, una villa tranquila, muy tranquila, muy inspiradora, con gente muy amable, lugar turístico, que no ha perdido su originalidad a causa de los visitantes como ocurre en otros lugares. Tenía mucho trabajo por hacer y me he dedicado estos días a rabajr mucho. Internet es lentísimo, lo que hace que mi trabjo sea más frustrante, pero el entorno me inspira y relaja mucho.
Ayer mismo, sentada en la terraza de mi hostal (en la foto) conocí de dos historias que me sirven para dos artículos, uno de ellos ya escrito. Es a lo que me refiero cuando hablo de que viajar es una gran fuente de inspiración para un periodista. El gran problema que tiene viajar es que quita muchísimas horas de nuestro tiempo, sobre todo en estos países en desarrollo donde las infraestructuras son más pobres y donde 200 kilómetros suponen 8 horas en autobús.