Periplo estival 2018.- Del Mediterráneo al Estrecho de Malaca.-VIVENCIAS EN MALASIA Y SINGAPUR (11-4)

Por Salpebu

XIII.- ÚLTIMOS DÍAS EN LANGKAWI Y SALIDA HACIA SINGAPUR (11-4)La legendaria Pulau Dayan Bunting (Isla Princesa Embarazada)Todos los bellos lugares parecen tener detrás una leyenda, que los convierte en más interesantes y dignos de recuerdo. Literalmente, el nombre de la isla significa “Isla de la soltera embarazada”. Esto proviene de un precioso cuento cual leyenda, haciendo que la isla sea más mística y sorprendente al mismo tiempo. La historia de la isla comenzó cuando una bella y encantadora princesa Mambang Sari se enamoró del príncipe Mat Teja desde el momento en que le vió. Mat Teja se reunió con la princesa en el lago y él quedó prendado de su belleza. Recibió consejos de un hombre anciano y Mat Teja finalmente consiguió ganar el corazón de Mambang Sar. Viviendo felizmente en la tierra, Mambang
Sari dio a Mat Teja un hijo. Sin embargo, sus felices momentos no fueron muy duraderos y su bebé murió después de un corto tiempo. Bajo un traumático y tremendo dolor, Mambang Sari decidió dejar a su hijo que descansara en paz en el lago. Al mismo tiempo ella bendijo a todas las mujeres infértiles y sin hijos para que se convirtieran en fértiles si se bañaban en el lago.Así es como la isla tomó su nombre y, se crea o no, hay bastantes pruebas de esa historia. En cierta esquina, se puede ver la isla pareciendo una mujer embarazada de 6 a 7 meses. Algunas gentes pueden tomar esa coincidencia como un fenómeno de la naturaleza, pero así es como ha quedado establecido el vínculo entre la isla y su nombre.Alcanzar la isla y actividadesLlegar a Pulau Dayang Bunting no es difícil desde Langkawi. Basta hacer alguna reserva telefónica a cualquier agente de excursiones que organice viajes a la isla.El viaje en canoa dura unos quince minutos y la visita a la isla es muy interesante.(De informaciones turísticas)Queríamos aprovechar nuestra estancia en Langkawi para disfrutar de todos los lugares y paisajes con que nos obsequiaba la naturaleza feraz y encantadora de los parajes de la zona, y por eso, aprovechamos el buen servicio de una agencia instalada en nuestro propio hotel Adya, para hacer una excursión a la isla de la Princesa Embarazada. Se nos recogió en el propio hotel y desde el puerto de Kuah, cerca de la terminal de ferries, salimos en una canoa potente, que a gran velocidad cruzó en unos quince minutos el mar hasta la isla, en la que recorrimos una zona de merenderos y pasamos a la cercana, en la que una larga pasarela junto al mar llevaba a la zona de acceso al lago, y vislumbramos muy bellas zonas de bosques y junglas, con el mar debajo, y la figura de la mujer embarazada, todo ello envuelto en el gorjeo de miles de pájaros y el revoloteo de águilas y otras especies marinas. Una maravilla. Después de un buen descanso vespertino, por la noche acudimos al restaurante
Wonderland, bastante cerca de nuestro hotel, en el que un simpático dueño de ascendencia filipina nos atendió y brindó deliciosos pescados al grill, que, eliminados los picantes, degustamos con placer. ¡Ah! Y bebiendo cerveza, lo que no dejaba de ser un acontecimiento.Al siguiente día teníamos decidido cerrar nuestro ciclo de visitas acudiendo a la playa Cenang, al sudoeste de la isla Langkawi, pero el día amaneció nuboso y nos hizo dudar sobre la conveniencia de desplazarnos hasta esa playa. No obstante, nos atrevimos, y encontramos una gran playa de arena blanca, con muchos puestos para windsurfing y kitsurfing, y flanqueada por un paseo junto a las instalaciones hoteleras de muy buen aspecto, probablemente las mejores de la isla para disfrutar de relax absoluto en la playa. Pero el día se fue torciendo, porque comenzó a llover, cada vez con más
intensidad y se nos frustró la visita, y hubimos de volver al hotel, hasta que cesó el meteoro y llegó de nuevo la hora de la cena, en la que regresamos al mismo restaurante y seguimos gozando de los buenos pescados que ofrecía. Era ya nuestro último día de estancia, ya que el día siguiente teníamos previsto viajar a Singapur en un vuelo a primera hora de la mañana, por lo que desde el mismo hotel reservamos un taxi para las 6’45 am y que nos llevara al aeropuerto. El taxi nos recogió con puntualidad y pasadas las siete de la mañana ya
estábamos en el pequeño pero coqueto aeropuerto internacional de Langkawi, en el que realizamos el check-in con facilidad en la compañía AirAsia. El vuelo demoró su salida hasta casi las diez de la mañana, pero como íbamos a tener toda la mañana para alcanzar Singapur, no nos agobiamos. Estábamos más que interesados en comprobar personalmente durante tres días las maravillas que se nos habían contado de Singapur. Adelanto que no nos sentiríamos decepcionados, ni mucho menos.SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA