Así que, siguiendo el río Inn desde Landeck, accedimos a la bastante bien cuidada autopista austríaca (es de peaje, aunque no con estaciones de cobro, porque el coste se paga mediante la “vignette” que ya estaba adherida en nuestro parabrisas), por la que, como la velocidad estaba limitada a 110 kms/h,
Así que, siguiendo el río Inn desde Landeck, accedimos a la bastante bien cuidada autopista austríaca (es de peaje, aunque no con estaciones de cobro, porque el coste se paga mediante la “vignette” que ya estaba adherida en nuestro parabrisas), por la que, como la velocidad estaba limitada a 110 kms/h,