¿Alguna vez has puesto esa excusa para no hacer algo que en el fondo ansiabas?
El hecho que algo sea difícil no debería ser un obstáculo. Los escritores convivimos con la “dificultad” y con el rechazo y hemos de acostumbrarnos a ello, para un día poder disfrutar de un “sí” o incluso de un encargo.
No es por presumir, pero tengo quince libros publicados. El caso es que no todos los libros que me han publicado vieron la luz al primer intento. Me siento gorda recibió varios rechazos porque “nadie sabe lo que es la bulimia” y porque “no es un tema de interés”. El reto de escribir y publicar me lo rechazaron editoriales que luego me han publicado otros títulos, porque “la gente que escribe cree que lo sabe todo” y “¿quién va a leer un libro sobre cómo escribir?”. Mi novela El buzón de voz la rechazaron muchas editoriales. Una me ofreció publicarla si cambiaba los personajes. En lugar de lesbianas debían ser gays. Dije que no, y seguí intentando. Finalmente me la publicó una buena editorial sin tener que cambiar nada.
El lado positivo del rechazo y de seguir intentando algo, por difícil que parezca, es que cuando te vuelve a pasar, ya sabes que es algo circunstancial. Entonces te lo tomas con más calma, porque entiendes que no todo está perdido. Con que una persona, o en mi caso, una editorial diga sí … basta. Además, ahora cuando me rechazan un manuscrito, me consuelo pensando que cuando sea más famosa que la Piquer, querrán publicar hasta los blogs que escribo en Internet. ¡Con lo difícil que es eso!
PD.- En la foto, con mis dos hijas, la última vez que firmé en la Feria del Libro de Madrid, en el 2006. Ay, qué morriña ...
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