Y vuelve la burra al trigo. Siempre con la misma cantinela. Ya lo dijo el gran Diaz Ferrán, ese que hoy vive en el hotel Las Rejas de Soto del Real: Trabajar más y ganar menos, mientras él, dejaba en la calle a miles de trabajadores y chuleaba a Hacienda y se llevaba la pasta.
Luego le han seguido muchos. Por ejemplo, su sucesor, el actual presidente de la CEOE, Juan Rosell, empeñado en que la productividad se llama bajada de sueldo y flexibilidad de despido, mientras los empresarios se tocan la entrepierna y se llenan los bolsillos a costa de la crisis.
Y de nuevo ha vuelto el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, a darnos lecciones de economía, a hacernos una peineta. Y en su afán de tocar los cataplines suelta el nuevo consejo: “los jóvenes tienen que ahorrar”. Si no fuera porque lo he visto en televisión y tenía cara de mala gente, diría que estaba escuchando un chiste o un monólogo de humor.
Esta gente es: Insensible, inhumana y ajena al dolor de los demás. Este tipo, que no ha podido resistir la crisis sin subirse el sueldo --se ve que cobraba poco--, un 5,8%, hasta llegar a la diminuta cifra de 176.060 euros y que cuenta con todos los datos económicos, entre ellos los que indican que el 53% de los jóvenes está en paro y que de los que trabajan, el 90% lo hace por menos de 800 euros, pide que ahorren para su jubilación.
Sabe que el número de ricos ha aumentado un 20%, mientras que los pobres son cada vez más, haciendo del aumento de la desigualdad económica una característica de esta crisis, pero ese no es su problema. Él a lo suyo, a joder a los más débiles, tiene el objetivo claro, mantenerse en el puesto que el PP le ha asignado, haciendo de bocazas oficial del reino.
Es increíble que un tipo que se ha subido el sueldo y que gana el doble del presidente del gobierno se permita decir que un colectivo discriminado, que bate récords en paro y salarios míseros, debe ahorrar. Quizá debería decirnos de dónde deben de sacarlo. ¿Acaso ese ahorro ha de venir de la paga de los padres o de los abuelos? ¿Quizá del mísero subsidio de paro que –los pocos que lo cobran— reciben? ¿O es que este “marciano” piensa que los billetes caen del cielo?
Lo que el Sr. Linde tiene que hacer es ayudar a su gobierno a buscar medidas para solucionar esta lacra ingente que es el paro juvenil y dejarse de gilipolladas, ¡que ya está bien la broma!
Pero, ¿de dónde ha salido esta gente? ¿Estaremos hablando, sin saberlo, de extraterrestres?, o simplemente se trata de gente sin sensibilidad, incapaz de ver la realidad y mucho menos de ponerse en el sitio del otro. Son gentuza que viven en el país de Jauja. Privilegiados a costa de los débiles, a los que podemos calificar de bocachanclas por hablar de lo que no deben, y canallas por dar consejos imposibles, tratando de hacer culpables a los jóvenes, de una situación de la que él y sus amiguetes peperos son los responsables.
Y es que son insaciables, más tienen, más quieren, aunque eso signifique la ruina de una gran parte de la población y del país. Son patriotas de pacotilla, trileros profesionales incapaces de tener la mínima empatía con los que están sufriendo.
Menos mal que quedan cuatro meses, porque esta gentuza es inaguantable. Hay que desalojarles del poder en las próximas generales. De no ser así, terminaremos siendo sus esclavos, porque en definitiva es lo que buscan. Ya lo decía uno de ellos: ¡No esperéis que vuestros hijos vayan a la universidad y tengan salarios altos! ¿Acaso no os habéis enterado de que son los futuros esclavos de los nuestros? Hay que evitarlo.
Salud y República