Los primeros minutos de la película son una locura; desde que encuentran al cuerpo, hasta que deciden cómo actuar, una sucesión de vecinos pasan por delante del cadáver casi sin inmutarse.
Alfred Hitchcock, el maestro del suspense, flaquea con esta comedia. La intriga y el suspense están presentes, y eso es lo que le acaba dando valor a la cinta. Lo malo es lo estrambóticos que son los personajes, pretende ser cómico, pero no lo es.
La película obtuvo dos nominaciones a los premios BAFTA; mejor película y mejor actriz (Shirley MacLaine).
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