El 4 de julio vuelvo a Zambra, que me voy a tener que empadronar allí, por lo que me quieren, y porque ya no sé cuántas veces he cantao en su Noche Flamenca, festival puntero en Andalucía. Esta edición 2015 se la dedican a Calixto Sánchez, gran cantaor, gran compañero y amigo.
Con Calixto compartí tantas y tantas noches de cante por derecho, como es el suyo. Se lo merece sobrao y estoy deseando darle un abrazo y escucharlo cantar.
Y una anécdota que cuenta el genial Kalvellido hoy me recuerda algo que me pasó allí, en Zambra, hace unos años, cuando yo era ya “más manyao que el tango La Cumparsita”[1].
Al llegar al recinto, después de saludar a un chorro amigos que me esperaban en la entrada y hacerme otras tantas fotos con ellos, me fui directamente a los camerinos.
Habían puesto un guarda de seguridad en la zona de artistas para que sólo entraran allí los músicos y sus equipos. Y el guarda me miró de arriba abajo y me dijo que no podía pasar. Pero hombre, cómo no voy a pasar si yo canto aquí esta noche… ¿No ve Ud los carteles ahí con mi foto? ¿Soy yo, o no soy yo? Pues, con cartel y sin cartel, era que no, que sin autorización de la organización allí no entraba nadie… los que iban conmigo se cabrearon con el guarda, pero yo no, yo me jarté reír aquella noche y ahora os cuento por qué.
Cuando estaba haciendo la mili en el cuartel de Maestranza, donde está hoy el teatro, me pusieron de guarda en la puerta y me dijeron que no dejara entrar ningún vehículo. El primero, y único que llegó, fue uno mu aparatoso y, cuando dije que no podía pasar, el chófer se quedó de piedra: “Pero, so imbécil ¿no ves las estrellas en la bandera? ¡Que es el General!”… Vale, pero yo cumplo órdenes y aquí no entra ni dios.
Con unos compañeros en el polvorín de la Sierra San Cristóbal
Luego, claro que al final entró, como yo en los camerinos: cuando intervino “La Organización”! A los pocos días me mandaron, castigao, de paquete en una motito, sin casco, sin comer, a cumplir el resto de la mili en un polvorín de la Sierra San Cristóbal, en la provincia de Cádiz.
Pero lo mío fue distinto a lo del guarda de seguridad de Zambra: yo, en el ejército, sólo me tomaba a rajatabla lo que me convenía.
[1] Manyao (del Lunfardo: conocido, famoso) “Pero si sos más manyiá que el tango La Cumparsita” del tango Tortazos, letra de Enrique P. Maroni
Archivado en: El Cabrero Autobiografia, Festivales flamencos Tagged: festivales, flamenco, Juan kalvellido, Zambra