La ajustada interpretación de Forest Whitaker,oscar al mejor actor 2006 por su interpretación del dictador ugandés Idi Amin en El último rey de Escocia, hace creíble lo inconcebible: un joven negro de un suburbio negro de los Estado Unidos devenido en samurai.Como llegó a convertirse no lo sabemos, pero sin dudas sigue todas las reglas y preceptos de un guerrero samurai hasta el final.Por otra parte Jim Jarmusch coloca los personajes secundarios justos e imprescindibles que completan la historia: un heladero haitiano (Isaac de Bankolé) que se comunica con Perro fantasma sin saber una palabra de inglés, una niña (Camille Winbush) que charla de literatura con él, Loui su salvador y señor hasta el final, un grupo de mafiosos con todos sus cliches y prejuicios y poco más.Y para darle el broche de oro banda sonora producida por RZA (Robert Fitzgerald Diggs) rapero, productor musical y actor estadounidense que se despacha con ritmos de hip hop, blues y soul sin desentonar ni un poquito con la propuesta cinematográfica.
Es un homenaje del director a la película El silencio de un hombre (Le samourai) de 1967, dirigida por Jean Pierre Melville e interpretada por Alain Delón que marcó un hito en el cine negro.