En cualquier esquina o rincón de la ciudad se los puede ver o bien de paso, o bien haciendo uso de ese espacio como su hogar. Muchos de ellos sobreviven gracias a la simpatía de los turistas que luego de inmortalizarse a su lado, les dejan alguna sobra de comida y, los que tienen menos suerte fotogénica, lo hacen de los deshechos que dejan los miles de puestos callejeros ubicados en las zonas más comerciales de la ciudad.
Cuando lleguen a Atenas no se sorprendan si ven a varios de ellos en las esquinas, junto a los peatones, esperando a que corte el semáforo y luego cruzar como si fueran un humano ya que es una práctica muy usada. La mayoría de ellos (sobre todo los gatos) suelen estar en bastante buen estado físico y no reviste ningún peligro intentar un acercamiento, aunque con los perros hay que tener un poco más de cuidado por que no todos están vacunados y en muchos casos, por dormir en la calle, se creen los dueños del espacio y suelen ladrar cuando se intenta pasar por allí (eso es muy común en la zona de Plaka, donde se encuentran las tiendas de recuerdos turísticos y de mayor nivel económico de la ciudad).
Los perros se encuentran preferentemente en el casco urbano de la ciudad (Plaka, Monastiraki, Anafiótika, Syntagma, Kerameikos) y por consencuencia, los gatos suelen aparecer en zonas donde no hay tanta presencia canina, sobre todo alejada del casco urbano y preferentemente ubicadas en colinas, montes o de grandes superficies con frondosa boscosidad tales como la Acrópolis, el Monte Lycabeto, el Ágora, el templo de Zeus o el Jardín Nacional (equivalente al Jardín Botánico porteño) ubicado detrás de la Plaza Syntagma.
Preparen el lente por que muchos de ellos son muy simpáticos y no les molesta ser fotografiados, al contrario (he aquí las pruebas). Sin dudas perros y gatos son una parte importante de la cultura helénica, y por ello, es interesante incorporarlos cuando se realiza un portfolio o bien imágenes que representen la esencia de una de las ciudades más antiguas y bellas del mundo occidental.