Persisten divisiones entre opositores libios

Por Jorge Luis Rodríguez González
BENGAZI, septiembre 19.— Los opositores armados libios continuaban este lunes sin poder conquistar Sirte y Bani Walid, dos de los bastiones leales a Muammar al-Gaddafi, mientras el líder insurgente Mahmud Jibril anunció un retraso en la formación de un anunciado gobierno de transición.
Según informó Jibril, la presentación del nuevo gabinete se pospondrá «indefinidamente», ante las discusiones aún pendientes con varios grupos opositores. Al parecer, varios grupos no se sienten suficientemente reconocidos en las conversaciones para formar ese ejecutivo.
Los habitantes de la ciudad de Misurata, que enviaron un gran número de hombres a la lucha contra Gaddafi, quieren designar al nuevo primer ministro. También los Hermanos Musulmanes se mostraron molestos con la situación. Según dijo un portavoz del movimiento islámico al diario Libya al Yom, hasta ahora ningún representante del Consejo Nacional de Transición (CNT) se puso en contacto con ellos.
Se espera que la nominación se retrase hasta que regrese al país el líder del CNT, Mustafa Abdul Jalil, quien se encuentra en Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas, luego que el organismo internacional aprobara otorgarle a ese grupo la banca de Libia.
En tanto, los opositores armados seguían sin poder tomar Sirte, ciudad natal de Gaddafi, en la costa mediterránea, y Bani Walid, un oasis situado 150 kilómetros al sureste de Trípoli, pese a ser apoyados por bombardeos aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Asimismo, el Consejo anunció que tomó el control del aeropuerto y otras zonas de Sabha, uno de los bastiones gadaffistas en el desierto de Sahara y estratégico para el control de la parte sur de Libia.
Desde Nueva York, trascendió que las naciones que apoyan lo que han dado en denominar «la nueva Libia» se reunirán este martes al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, para expresar una vez más su respaldo al CNT. El encuentro tendrá lugar luego de una reunión privada entre el presidente estadounidense Barack Obama y Mustafá Abdel Jalil, número dos de ese órgano apuntalado por Occidente en la guerra por derrocar a Gaddafi.
Además de Obama, en la cita participará el presidente francés Nicolas Sarkozy, otro de los impulsores de la guerra contra Libia.