Personajes de la Segunda Guerra Mundial: Erwin Rommel

Por Liber

Post Tags

Pretty Posts

By liber -

La figura del Zorro del Desierto, es decir, del Generaldfeldmarschall (mariscal de campo) Erwin Rommel es tan interesante y densa que hemos preferido analizar sus andanzas durante la Segunda Guerra Mundial en vez de publicar una biografía al uso. ¡Adelante!

Erwin Rommel: 1939

Este periplo lo empezamos en Polonia, en el año 1939, con Rommel desempeñando el papel de Jefe de Seguridad, lo que le permitió estar en contacto con el Führer. Esta convivencia estrecha le permitió observar algunos rasgos de la personalidad de Adolf Hitler, que le cautivaron de una forma engañosa, pues al ser la invasión de Polonia una campaña triunfal y de corta duración (gracias al Blitzkrieg) no afloraron a la superficie los aspectos más negativos de su verdadero yo: como por ejemplo sus ataques irrefrenables de ira, su irracional tozudez que le hacía ir contra toda lógica que viniese de sus asesores en el Estado Mayor General (haz clic aquí si deseas conocer sus 10 mayores errores estratégicos) y su falta de escrúpulos a la hora de sacrificar a sus tropas con tal de lograr sus objetivos. Lo cierto es que hasta la batalla de El Alamein, acaecida en 1942, Erwin Rommel no tomó realmente consciencia de una imagen mucho más realista de cómo era Hitler.

Terminada la campaña polaca, Rommel es de nuevo adscrito al Estado Mayor del Führer, pues aunque no era de ascendencia noble como muchos de los oficiales de Hitler, a los que profesaba un gran desprecio, este manifestaba por Rommel una gran simpatía y estima.

En una ocasión, Hitler le preguntó qué era lo que más deseaba en pago por su lealtad y servicios prestados al Tercer Reich y Rommel le pidió nada más y nada menos que dirigir una división blindada. Fue a partir del 15 de febrero de 1940 en Bad Godesberg cuando remplazó al general  Georg Stummen que se encontraba al mando de la 7.ª División Panzer .

Aunque era novato en el mando de una unidad de blindados, el Zorro del Desierto se puso de inmediato manos a la obra para conocer a todos los oficiales bajo su mando directo y comenzó a practicar las rutinas y estrategias de combate que tan buen resultado le darían en el futuro. 

Hitler, con Rommel al lado, en la campaña polaca. Fuente y autoría: Bundesarchiv, Bild 101I-013-0064-35 / Kliem / CC-BY-SA

Erwin Rommel: 1940

Corría el año 1940 y a falta de solo tres meses para comenzar la gran invasión de Francia, Rommel se coloca a la cabeza de la 7.ª División Panzer, conocida por el sobrenombre de Gespenster-Division. Se la conocía también como la División Fantasma, ya que debido a su gran movilidad y desplazamientos sorpresivos hubo veces que hasta el propio Alto Mando Alemán no sabía exactamente donde se encontraba luchando. Esto sucedió cuando se produjo la invasión de Holanda, Bélgica y Francia por las tropas de la Wehrmacht.

Bajo el mando de Rommel, la 7.ª División Panzer fue de las primeras tropas del Tercer Reich  el 10 de junio de 1940 en llegar al canal de la Mancha y conquistar el importante puerto de  Cherburgo. Como recompensa, Rommel fue nombrado comandante de la 5.ª División Ligera (que a la larga sería restructurada y pasaría a llamarse la 21.ª División Panzer) y de la 15.ª División Panzer que a principios de 1941 combatió en Libia, ayudando a las tropas italianas en franca derrota ante el empuje de los ejércitos aliados. De esta reunión nacieron las célebres Afrika Korps, que tanta gloria y fama procurarían a Erwin Rommel.

Rommel en un desfile en París en 1940. Fuente y autoría: Bundesarchiv, Bild 146-1970-076-43 / CC-BY-SA

Cabe destacar que, durante toda la campaña de Francia, Rommel predicó con el ejemplo siempre al frente de sus tropas en el combate, poniendo varias veces en peligro de muerte su propia vida.

Retrato de Erwin Rommel en 1942. Fuente y autoría: Bundesarchiv Bild 146-1973-012-43 / CC-BY-SA

Erwin Rommel: 1941-1943

En 1941, Rommel intentaba reconducir la situación del norte de África, reorganizando lo que quedaba de un ejército italiano desmoralizado, por las derrotas producidas por las tropas aliadas a las órdenes de Richard O´Connor y con numerosas bajas de efectivos humanos y materiales.

Fue en la primavera de 1941 cuando el Zorro del Desierto, en una ofensiva sin precedentes, desplazó a las tropas aliadas fuera de Libia, sin lograr el objetivo de conquistar Egipto y además tuvo que dejar tras sus líneas el estratégico puerto de Tobruk que, totalmente aislado por las tropas alemanas, resistía de una forma tenaz bajo el mando del general australiano Leslie Morshead.

Y, a pesar de que el comandante en jefe aliado Archibald Wavell intentase por dos veces aflojar la presión de las tropas de las Afrika Korps sobre Tobruk con las operaciones Brevity y Battleaxe, no logró tal fin, siendo un completo fiasco.

Este fracaso fue el detonante para que Archibald fuese relevado de su puesto y sustituido por Claude Auchinleck. Este último lanzó a su vez una gran ofensiva sobre Tobruk para lograr el objetivo esta vez sí alcanzado de liberar este enclave disputado por su marcado carácter estratégico.

Esta operación que tuvo un éxito relativo se conoce por el nombre de Operación Crusader y permitió a las tropas aliadas reconquistar el territorio de Cirenaica.

En un momento dado, el avance de las tropas aliadas perdió energía y Rommel, fiel a sus estrategias militares de antaño, lanzó un ataque relámpago sobre las líneas aliadas, obligándolas finalmente a una retirada precipitada para evitar su derrota total.

El 21 de junio de 1942 Tobruk se rindió, quedando atrapados sus cerca de 33 000 defensores. De esta forma las tropas aliadas habían sido derrotadas de una forma contundente y en poco tiempo habían sido devueltas a Egipto.

Cuando el avance de Rommel fue detenido se encontraba a las puertas de El Alamein, que dista unos 105 km de la ciudad de Alejandría en el delta del Nilo. Los Aliados ganaron la Primera Batalla de El Alamein debido a que tenían mejores fuentes de abastecimiento y por aquel entonces los servicios secretos aliados, usando la mítica máquina Enigma, lograron descifrar las comunicaciones secretas alemanas.

Por motivos de índole política, Bernard Montgomery fue nombrado comandante del 8.º Ejército para enfrentarse a las Afrika Korps, con sus efectivos ya muy disminuidos por los problemas generados por el desabastecimiento al que estaban siendo sometidas por parte de los ejércitos aliados. Ante esta situación, sin visos de mejorar, Rommel, en una maniobra audaz y desesperada, intentó romper el cerco enemigo en la batalla de Alam el Halfa, sin conseguirlo.

Sin abastecimientos para sus tropas, el Zorro del Desierto no podía defender, con garantías de éxito, la plaza d El Alamein. Fue necesaria la Segunda Batalla de El Alamein para derrotar a las tropas italo-germanas y obligarlas a una retirada.

Para sorpresa de Rommel, el propio Führer desautorizó sus órdenes de retirada y le ordenó permanecer en su puestos de combate y luchar hasta el exterminio total de todos sus hombres.

Rommel a las afueras de Tobruk en 1942, mirando con unos prismáticos. Fuente y autoría: Bundesarchiv, Bild 101I-443-1589-09 / Zwilling, Ernst A. / CC-BY-SA

En un principio Rommel, a regañadientes, acató la orden de suspender la retirada, pero esta orden implicaba la destrucción total de sus tropas y, 24 horas más tarde, haciendo caso omiso de las órdenes de Berlín, ordena por su cuenta la retirada.

Pese a su insubordinación, Rommel no fue castigado con medidas disciplinarias pero en el interior se rompió la devoción que sentía por él su comandante en jefe, Adolf Hitler: ya nada volvería a ser lo que había sido.

Después de las derrotas de El Alamein, las tropas que lograron sobrevivir se dedicaron a una guerra de guerrillas y emboscadas contra las tropas aliadas que las acosaban para rematar la victoria. Fue en Túnez donde de nuevo las tropas de Rommel se enfrentaron en una lucha abierta a las tropas aliadas, en este caso estadounidenses, concretamente el 2.º Cuerpo estadounidense.

En la Batalla del paso de Kasserine, el Zorro del Desierto logró una importante victoria que no impidió que el 6 de marzo de 1943, después de una última batalla, Rommel fuera evacuado y condecorado a los pocos días con los brillantes de la Cruz de Caballero. Paradojas del destino, pocos meses después sus hombres serían hechos prisioneros de guerra.

Erwin Rommel: 1943

Después de su retirada y evacuación de Túnez, Erwin Rommel estuvo un cierto tiempo preso en una villa en el Tercer Reich. Su presencia en ese lugar era secreto de Estado y la propaganda del régimen nacionalsocialista seguía sosteniendo públicamente que seguía al frente de sus tropas en el norte de África y así mantener en alto la moral de la tropa que no sabía nada del engaño.

13 de mayo de 1943, sobreviene la rendición en Túnez. Rommel fue destinado de forma temporal al Cuartel General de Hitler con el cargo de consejero militar y apartado de todo  mando efectivo sobre las tropas.

El 10 de julio de 1943, las tropas aliadas desembarcan en Sicilia y, al cabo de dos semanas, Benito Mussolini es derrocado y, ante el temor de que Italia se rindiese, el Führer le ordena a Rommel el mando del Grupo de Ejércitos B, que se había formado cerca de  Múnich y con órdenes concretas de cruzar los Alpes de forma inmediata. De agosto a noviembre, Rommel desempeñó el papel de jefe de un ejército de ocupación contra las tropas italianas conocidas más vulgarmente como los partisanos, verdaderos estrategas en la guerra de guerrillas.

Erwin Rommel: 1943-1944

En noviembre de 1943, Rommel recibe órdenes del Alto Mando para desplazar a su Grupo de Ejércitos B a la costa francesa y proceder a su defensa. Preocupado por la situación que encontró a su llegada, Rommel dio un nuevo impulso a las mejoras necesarias para una mejor fortificación  de la costa atlántica dentro del plan defensivo del Muro Atlántico. Siguiendo sus instrucciones, las tropas alemanas sembraron millones de minas personales y  antitanque por las playas y los campos de la zona.

Erwin Rommel era perfectamente consciente de la superioridad de la aviación aliada y, para minimizar perdidas, sostenía que los tanques debían estar agrupados en diversas y  pequeñas compañías que tuviesen la suficiente rapidez de maniobra para una respuesta eficaz a los movimientos de las tropas aliadas. Estas compañías deberían agruparse en posiciones fortificadas y lo suficientemente cerca del frente de batalla para no tener que desplazarse mucho y evitar ser un blanco fácil del fuego enemigo, una vez que comenzase la inminente invasión aliada.

Rommel inspeccionando el Muro Atlántico en 1944. Fuente y autoría: Bundesarchiv, Bild 101I-719-0208-13A / Jesse / CC-BY-SA

Rommel sostenía que en un principio la invasión debía ser detenida en las propias playas de desembarco, pero su comandante al mando, Gerd von Rundstedt, no veía operativo este plan por la gran potencia de fuego de la flota aliada de desembarco y le propuso a Hitler que los tanques formaran grandes escuadrones cerca de París: de esta manera, cuando las tropas aliadas se adentrasen en el territorio francés, serían atacadas y diezmadas por  el ejército alemán.

El Führer fue puesto en la tesitura de tener que decidir qué plan era mejor para sus intereses y terminó decantándose por un plan intermedio, de forma y manera que las formaciones de tanques quedarían ubicadas muy lejos para aquello que Rommel quería y tampoco cumplían los requisitos de Von Rundstedt.

El Día D aconteció el desembarco  de  Normandía. Muchos tanques alemanes  de la 12.ª SS  División Panzer Htlerjugend lucharon en las propias playas, formando un gran caos y confusión entre las tropas aliadas. Debido a la tozudez de Hitler, empeñado en ordenar entrar en combate a las reservas Panzer en liza, y a la propia superioridad  de tropas de los Aliados, estas pequeñas victorias alemanas no sirvieron para nada y las playas del desembarco quedaron de forma permanente bajo el control aliado. Rommel saborearía en esta ocasión una amarga derrota. El Zorro del Desierto ya no conocería la gloria en la Segunda Guerra Mundial.

[Total: 0 Media: 0]   liber