El juego es la acción de crear a través de la diversión como motor. Desarrolla la capacidad imaginativa del hombre haciéndola realidad en la acción que va del imaginario a su puesta en práctica. El personal branding no deja de ser un juego en donde uno mismo es el objeto con el que se juega, y nuestro cuerpo y mente son las fichas que avanzan conforme nos desarrollamos en el juego. De pequeños jugamos a crear historias y personajes para divertirnos, de mayores seguimos haciéndolo y además podemos sacar rendimiento económico de ello. De mayores aprendemos jugando a crear nuestra propia marca personal.
Todo el mundo en esencia tiene su propia marca personal, aquellos distintivos que le diferencian del resto, bien sea en el físico, en la forma de vestir, el modo de hablar, cómo accionamos, todo nuestro ser y como lo explotamos en nuestro beneficio es constituyente de nuestra marca personal. Hacer de la creación de nuestra marca personal nuestro juego es nuestro mejor salvoconducto, las reglas las ponemos nosotros mismos, también nuestro/s objetivo/s y por supuesto el mejor ingrediente de todos, nuestra participación en nuestra creación, convertida en nuestra propia experiencia de la que claro está haremos partícipes al resto conocidos y desconocidos, quienes a su vez viviendo su experiencia en nuestro juego, tendrán la libertad de elegir si se quedan o se van.
El personal branding aporta herramientas muy útiles para nuestro desarrollo, nos permite saber qué gusta y qué no gusta de nuestra creación y podemos reconvertirla, en el transcurso de la marcha, ahorramos bastante tiempo al ser nosotros mismos nuestro director, gerente, administrativo, secretario, mozo, y demás. Jugamos con nosotros mismos a aquello que nos apetece, somos nuestro propio laboratorio donde experimentamos, donde creamos, desarrollamos y aprendemos de nuestras propias vivencias, somos testigo directo de la historia a través de nuestra visión del medio ambiente.
Si se desea destacar, diferenciarse, tener ese toque especial distintivo que nos define claramente, será necesario crear nuestra marca personal tomándola como un juego en el que somos dueños. Un juego en donde seremos líderes de nuestros fans. Para muestras tenemos ejemplos a lo largo de toda la historia de personas que su sólo nombre ha creado su propia marca como Cary Grant, Buñuel o Madonna son tres muestras bien distintas dentro del mundo del arte que se han servido de su carisma, su personalidad y sus objetivos para crear su sello personal, disfrutando con sus creaciones, ampliando sus fans y sobre todo dando claro ejemplo de que la creación de una marca es algo personal, sello indiscutible de identificación.