En un mundo incierto y cambiante, el aprendizaje permanente puede ayudar a las personas a adaptarse y ser resistentes a los impactos externos. Si bien el apoyo del gobierno sigue siendo valioso para garantizar que los cambios estructurales importantes no provoquen desgarros profundos en el tejido social, la creación de una cultura de aprendizaje a lo largo de toda la vida otorga a los propios individuos la capacidad de gestionar el cambio.
Esto requiere evidencia sobre las mejores formas de apoyar los viajes de aprendizaje a lo largo de la vida, de modo que las personas puedan "aprender a aprender".
Esta edición del informe con título original "Skills Outlook 2021" de la OCDE explora cómo las políticas, en particular aquellas que gobiernan el desarrollo y uso de habilidades, pueden promover mejor el aprendizaje permanente para todos.
El aprendizaje permanente comienza en la niñez y la juventud y continúa durante la edad adulta y la vejez. Abarca el aprendizaje formal en entornos como escuelas y centros de formación, el aprendizaje informal y no formal derivado de colegas y formadores en el lugar de trabajo, y el aprendizaje no intencionado derivado de interacciones sociales espontáneas.
No todos los jóvenes desarrollan sus aptitudes como debía ser: los niños desfavorecidos socioeconómicamente, los niños y los niños de origen inmigrante desarrollan con demasiada frecuencia habilidades y actitudes de aprendizaje inferiores. Sin embargo estas eran especialmente importantes debido a las interrupciones en la educación regular creadas por la pandemia de COVID-19: la educación a distancia requería aún más motivación intrínseca y aprendizaje auto-dirigido que la educación regular.El informe explota datos cuantitativos comparativos para resaltar el papel clave que juegan los factores socioemocionales y motivacionales en la configuración del compromiso exitoso con el aprendizaje permanente. Estos factores son esenciales para sustentar el aprendizaje a lo largo de toda la vida en general, y la pandemia ha aumentado aún más su relevancia. Las actitudes positivas de aprendizaje están asociadas con un mayor dominio de las matemáticas, la lectura y las ciencias, así como con expectativas educativas y profesionales ambiciosas.
La pandemia provocó importantes interrupciones en la provisión de programas de educación superior, educación y formación profesional, lo que podría crear dificultades durante la transición de la escolarización obligatoria a la edad adulta joven y agravar el riesgo de una baja inversión en el aprendizaje de adultos.
A mediano y largo plazo, una menor participación podría provocar que la generación actual de estudiantes no desarrolle actitudes positivas de aprendizaje, en un momento de profundos cambios estructurales que requerirán que las personas mejoren sus habilidades a lo largo de su vida.
La evidencia de los datos de ofertas de empleo en línea revela que la comunicación, el trabajo en equipo y las habilidades organizativas se encuentran entre las habilidades transversales más demandadas por los empleadores en una amplia variedad de ocupaciones.
Las habilidades cognitivas, como las habilidades analíticas, de resolución de problemas, digitales, de liderazgo y de presentación, también son muy transversales entre los trabajos y los contextos laborales.
El informe proporciona información sobre cómo los países pueden apoyar mejor el aprendizaje permanente para todos y la capacidad de las personas para aprender a aprender.