Pocas escritoras como Jane Austen mantienen una relación tan estrecha y popular entre sus novelas y las adaptaciones cinematográficas de las mismas. No sólo se han convertido en brillantes películas que han merecido el éxito del público y el reconocimiento de la crítica (baste recordar “Orgullo y prejuicio”, de Joe Wright o “Sentido y sensibilidad”, de Ang Lee), sino que los libros de su autora cuentan con un mayor número de versiones. De “Emma”, por ejemplo, existen al menos diez proyectos, entre series de televisión, telefilmes y largometrajes. Se alza, pues, como una fuente inagotable que atrae a los espectadores, por mucho que hayan leído y visto una y otra vez idénticas tramas e historias.
Se acaba de estrenar en la plataforma Netflix una nueva versión de “Persuasión”. Recuerdo otra, más fiel a la letra y al espíritu de la novelista, dirigida en 1995 por Roger Michell y protagonizada por Amanda Root y Ciarán Hinds. Esta propuesta de 2022, en cambio, pretende ofrecer una visión moderna y rompedora, pese a recurrir al vestuario clásico y a la ambientación propia de principios del siglo XIX. Sin embargo, esa mezcla de estilos distorsiona en gran medida el mensaje y la narración. Se abusa en exceso de la técnica de hablar los actores a la cámara, como si esta fuera el propio espectador. Asimismo, se lleva a cabo una inclusión forzada de la mentalidad actual dentro de un relato que cobra más sentido desde la realidad de hace doscientos años.
Cuando era más joven, Anne Elliot sucumbió a las presiones de su familia y renunció al amor, debido a la diferencia de clase con su pareja. No obstante, la ruptura fue meramente física, nunca sentimental, y permaneció encadenada a aquellos recuerdos. Con el paso del tiempo, obligada ya luchar con su fama de solterona, se reencuentra de nuevo con su amado, abriéndose las puertas a una segunda oportunidad no exenta de complicaciones.
Determinados pasajes de la acción logran captar en buena medida la esencia cautivadora de los personajes austenianos, pero la manera de hilvanar las tomas y el estilo narrativo desarrollado hacen rechinar la obra en su conjunto. Carrie Cracknell, directora teatral británica, se sitúa detrás de la cámara y, si bien ese toque escénico no lastra la filmación cinematográfica, el principal inconveniente radica en el modo errático (a mi juicio, poco apropiado) de abordar la narración, teniendo en cuenta el libreto original en el que se basa. Paradójicamente, la persuasión que se refleja es muy escasa, comparada con una pretendida reinvención actualizada que no termina de enganchar con el guion.
Encabeza el reparto Dakota Johnson, famosa por su participación en la artificial trilogía de “Cincuenta sombras de Grey”, y conocida ya desde la cuna por ser hija de los mediáticos Melanie Griffith y Don Johnson. Intervino en la muy recomendable “La red social” y la hemos visto recientemente en “La hija oscura”. Ha enlazado varios trabajos en 2022, entre ellos “Bailando por la vida” (disponible en Apple TV+) y “Am I OK?”. En mi opinión, no es ella quien desentona en “Persuasión”, sino que los problemas son otros. Cosmo Jarvis (uno de los intérpretes de “Lady Macbeth”) da vida a su pareja. En el grupo de secundarios figura el versátil Richard E. Grant (nominado al Oscar por su actuación en “¿Podrás perdonarme algún día?” y participante en “Star Wars: El ascenso de Skywalker”, “Gosford Park”, “La edad de la inocencia” o “Drácula de Bram Stoker”). Les acompañan Yolanda Kettle (de las series televisivas “The Crown” y “Regreso a Howards End”), Henry Golding (“Crazy Rich Asians”, “Last Christmas”) y Nikki Amuka-Bird (“El destino de Júpiter”, “Tiempo”).