Perú: en seis días el pueblo se sacudió al golpista

Publicado el 16 noviembre 2020 por Moebius

Bandera usada el sábado 14


#Perú. Mataron dos y aún hay muchachos que no aparecen. Héroes, los asesinados, los golpeados, los intoxicados. Héroes, los que siguieron marchando desde la primera noche hasta la madrugada del terror, la del sábado para el domingo. Héroes los que aprendieron a desactivar lacrimógenas y pusieron el cuerpo para proteger a los contingentes enormes, ¡enormes! que venían detrás. Héroes los que estuvieron en la primera línea contra las escopetas de los tombos disparando a sangre fría contra sus hijos por orden de los asesinos que una semana atrás habían secuestrado el poder. Héroes y heroínas con sus cacerolas y sus palos, cada noche a las ocho, para aturdir al usurpador con un concierto a su ilegitimidad. Heróicos jóvenes cuidándose entre sí de quien tenía que cuidarnos a todos. Heroínas y héroes enfrentando el contagio porque es peor la alternativa: esos ratas en el poder.
Video de Wayka.pe

Foto de Sebastián Castañeda

La movilización popular, espontánea, decidida, indignada de los peruanos en todo el territorio, cruzando todas las composiciones sociales de este desigual país, tumbó en seis días a un gobierno usurpador. Basta, dijo el pueblo, y salió a la calle, liderado por sus jóvenes, a sacar a la mierda al golpista. A la cabeza, la generación que todos ningunearon, la que dieron por sentada, la que llamaron “pulpín” y con cuyo futuro decidieron jugar para enriquecerse. En la primera línea, miles de chicas y chicos que recién llegaron a la edad para votar. Es decir, que no la tenían en las pasadas elecciones, no votaron a esa clase política podrida y perversa que ha estado a punto de llevarse entre las patas al país. Esas chicas y chicos que heredaron la podredumbre sin deberla, salieron a decir que no y tumbaron al gobierno de facto, impuesto por la componenda, el truco y el complot que se han abierto paso entre las grietas del “orden” que el Perú viene cargando desde el fujimorismo y desde su etapa más oscura.
En estos momentos (lunes, mediodía), el sistema político peruano sigue sin poder acordar una salida a esta situación inédita. Estando aún en manos del mismo congreso las decisiones a tomar, oscuras fuerzas —intereses particulares— obstruyen los caminos que parecen abrirse. Se arman listas para mesa directiva del congreso de la que saldría el presidente de transición pero, siendo quienes tienen que votarlas los mismos que organizaron esta crisis, parecen pensar sólo en cómo llevar agua para su chacra. Es clarísimo que para estos representantes del pueblo y de la nación, el ṕueblo y la nación no existen, existen sólo sus intereses.
Una semana atrás, el gobierno de Martín Vizcarra —presidente sustituto luego de la renuncia del electo Pedro Pablo Kuczynski, provocada por haberse visto entreverado en investigaciones de corrupción— seguía batallando como mejor podía para contener la epidemia y la crisis económica derivada de ella. Pero en el congreso, las fuerzas más oscuras del Perú seguían conspirando para lograr la “vacancia” de Vizcarra, acusándolo a su vez de corrupción, en una trama llena de extrañezas e irregularidades de quienes lo acusaban. Su tenebroso lobby logró 105 votos a favor de la vacancia y se acomodaron muy rápido en el sistema.
Asumió la presidencia “de transición” (queriéndose equiparar con la posición que ocupó el demócrata Valentín Paniagua en la transición que llevó de la renuncia por fax de Fujimori al gobierno de Alejandro Toledo en 2001) el congresista Manuel Merino, dinosaurio de larguísima cola, y nombró un gabinete de improvisados (12 de 18 le renunciaron a los tres días). En los seis días que duró su gobierno, Merino y su camarilla de ladrones organizaron el desmantelamiento de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, instancia que se interponía en el camino de algunos de estos congresistas (y de los grupos económicos a los que en realidad representan) al enriquecimiento fácil: los institutos de educación superior y técnica que sin ningún control entregan títulos profesionales sin fondo alguno, precisamente a esa generación que salió a la calle en primer lugar. En esos pocos días, por poner otro ejemplo, el que ocupó el ministerio de comunicaciones entregó sin licitación una concesión de telecomunicaciones por 20 años, en todo el territorio nacional, a una subsidiaria de Telefónica (hay que hablar también de la complicidad de ese imperio con el despojo y la desigualdad en el Perú).
Tercos en adueñarse del Perú, esos pocos días les bastaron para tomar la decisión de reprimir la airada respuesta en las calles con perdigones de plomo, macanas, escudos y bombas lacrimógenas. Violaron fehacientemente los derechos humanos de los manifestantes; hoy enfrentan denuncias penales porque mataron a dos muchachos, hirieron a decenas y aún hay otros que no aparecen.




Fotos tomadas del twitter de
la periodista
Jacqueline Fowkes



Los analistas y periodistas lo llaman “vacío de poder”, pero los anarquistas sabemos que está lleno de pueblo por un minuto soberano. Llegamos a esto tras un golpe, tras una pandemia, tras una renuncia a la presidencia, tras una larga cadena de acontecimientos que tienen como factor común a esa clase política corrupta y podrida, y a las reglas “democráticas” que legitiman sus posiciones —las posiciones e intereses personales de esta clase—: la constitución de Fujimori. Las voces más lúcidas de esta crisis, todas apuntan hacia la necesidad de refundar el Perú a 200 años de fundado; es necesario escribir una nueva Constitución para esta sociedad nueva.
Para quienes deseen enterarse a profundidad sobre lo ocurrido la semana pasada pasada en el Perú, las opiniones quizá más independientes, quizá más certeras, se pueden encontrar en medios como https://wayka.pe/, https://www.idl-reporteros.pe/, http://utero.pe/ (aunque estos heredan el feo vicio de Caretas de confundir periodismo con sarcasmo), y quizá también en el más tradicional diario La República (https://larepublica.pe/). Aconsejo evitar sistemáticamente al diario El Comercio y cualquier otro de su esfera, a la cadena radiofónica RPP, así como toda información de los canales de TV de siempre. Estos medios, por ejemplo, decidieron no informar sobre las violaciones a los derechos humanos de los manifestantes hasta que no fue claro que el movimiento llevaría a la destitución del golpista. Prensa vendida, prensa de mierda.
Qué lección han dado los jóvenes del Perú al mundo. Se suman a los chilenos, a los bolivianos, a los colombianos. Latinoamérica es los jóvenes del Bicentenario.