Pesadilla antes de Navidad...

Por Louzan
Resulta curioso ver como ciertos "termómetros" reflejan la realidad tal que espejos cuando esta se sobrepone al marketing, a la imagen lograda tras años de esfuerzos y a un supuesto aire de "exclusividad" o de "escasa producción", "clase" o "alcurnia"... bueno, cada cual le pone su nombre y algunos llegaron a llamarlo excelencia pero, en tiempos de crisis, la realidad económica se impone y los ejemplos aparecen por doquier.
En el sector se habla hace tiempo de las apreturas de la Bodega Emilio Moro. Embarcada en varios proyectos, las cosas, se dice, no habrían salido como se esperaba y el vino se acumula en las bodegas. Repito, me han parecido malas lenguas hasta que he verificado que el "termómetro" que para mi simulan las estanterías de la cadena mayorista Makro ha mostrado sus cartas pre-navideñas. Y no es solo en la bodega de la Ribera donde cuecen habas.

A la mítica firma, que habitualmente solo ofrecía en este templo al comercio por palets y a la oferta por volumen su marca Resalso o el básico de la casa, se han unido otros nombres antes de difícil adquisición y precio astronómico y ahora mucho mas económicos y cercanos. Por ejemplo, Pago de Carraovejas reserva, hasta la pasada navidad un "must" en toda regla, que se conseguía solo con recomendación en algún lugar de Segovia y previa audiencia papal... bueno, que era tela de complicado. Otro tanto los tintos de VegaSicilia, mas posibles pero solo en el Corte Ingles o tienda muy especializada, o Pago de Capellanes o, de la misma Emilio Moro, su Malleolus, hasta no hace mucho por encima de los treinta euros y ahora sensiblemente mas barato.

No quiero dejarme Aalto, vino que me parece el que menos encaje tiene en esta pagina de folleto del Super. Y es que el miedo ha hecho presa. Son demasiadas botellas ante una Navidad que huele, se ve y parece diferente, mas fría, mas lenta, con menor sensación de alegría consumista en las calles. Y el vino se agolpa, las cajas no salen, los precios caen... y el recurso fácil, la oferta salvadora en unas condiciones que harían palidecer al director comercial de cualquier bodega (también de estas) llega siempre por Navidad. La manzana envenenada que tira por tierra la exclusividad, el "nivel", la "excelencia" y todas cuantas imposturas se tomaron durante los alegres años de la ola tantas y tantas bodegas en base a éxitos efímeros en añadas concretas o a campañas de publicidad extraordinarias y sobre todo muy caras.
No diré que me alegro porque no me alegro. Peligran trabajos de personas y eso me disgusta y mucho. Pero fueron ellos, los tecnócratas de la globalización del vino los que alentaron y mantuvieron la idea de que aumentar el numero de botellas cada año sin preocuparse de mantener una calidad era un modo fiable y excelente a largo plazo para hacer vino. De aquellos polvos, estos lodos. Autónomos del mundo, fin de la tiranía. Quien quiera Pago de Carraovejas, aquí tiene su oportunidad. Por cajas de 12 si lo desea. No se corten.