La pesadilla continúa y Albert Rivera, el fantasma de las navidades pasadas, se atiborra de polvorones en compañía de Mariano Rajoy que en su día se asignó el papel de Sr. Scrooge con la convocatoria de elecciones la víspera del invierno. Una fecha que nunca vimos clara. No es que el 20, el guarismo elegido en el calendario de diciembre pasado para convocarnos a las urnas, tenga un factor sociológico que me llevase a pensar en el desastre, pero lo cierto es que les vino de maravilla a quienes acusaron de fijar la fecha en días en los que se piensa más en el turrón que en el voto. Menos mal que el tiempo lo pone todo en su sitio y demuestra que a los quejicas no se les vota ni en vísperas de Navidad ni en plena primavera.
Ya entiendo que Sánchez se quiera echar un país como regalo de reyes pero antes de que su irresponsabilidad arrastre a su partido, y a sus votantes, a teñirse de negro con el carbón que va a recibir, alguien debería de preguntar al líder del PSOE que parte de no hay suficientes españoles que le quieran como presidente no ha entendido y de paso explicárselo, a ver si así nos ahorramos volver a empezar.
Foto: Javier Jiménez