¿Pesimista u optimista?

Publicado el 20 julio 2013 por Dean

“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer”  (Howard Gardner)

En materia educativa nos debatimos hoy entre el pesimismo y el optimismo, los gobiernos dictan leyes que invitan al pesimismo, y las caritas de los niños invitan a padres y maestros al optimismo.
La enseñanza presupone el optimismo de la misma manera que la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda en pensar en que consiste la educación. Porque educar escreer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que le anima, en que hay cosas que pueden ser sabidas y merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento. De todas estas creencias optimistas puede uno muy bien descreer en privado, pero en cuanto intenta educar o entender en qué consiste la educación no queda más remedio que aceptarlas. Con verdadero pesimismo puede escribirse contra la educación, pero el optimismo es imprescindible para estudiarla... y para ejercerla. Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros.