Pesos pesados del cine y el fútbol

"You're the one for me, fatty" (de una canción de Morrissey)

Diego, el más grande, antes del bypass. 

En la historia del cine y del fútbol ha habido jugadores y cineastas cuyo extraordinario talento ha estado ligado a una descuidada forma física (por decirlo de una manera elegante). Si bien el mundo del séptimo arte es bastante anárquico y permisivo con respecto a la forma física de sus profesionales,  el deporte rey es, por lo general (y sobre todo a nivel práctico) muy exigente al respecto, aunque hay ejemplos que demuestran que se puede vivir sin mirar la báscula y aún así poner en pié a estadios enteros con magia y talento (Ronaldinho sigue haciéndolo). También es cierto que estos jugadores administran esos momentos  excepcionales de calidad con cuentagotas y, sobre todo, lejos de las exigencias de las mejores ligas del mundo. Evidentemente, si llevaran la vida estricta del deportista de élite su esfuerzo y calidad serían mucho más constantes. Mención aparte están los que se retiran y se dejan a a la mano de Dios, inflando su ego y su barriga a niveles a veces realmente peligrosos. Podemos ver algunos ejemplos en partidos benéficos donde se empeñan en juntar a viejas (y no tan viejas) glorias para que asistamos al declive físico de alguno de nuestros ídolos de la infancia, arrastrando barriga, barrilete y papada por los campos de fútbol.

El Fenómeno

El gran Ronaldo Nazario, todo un ejemplo de superación, constancia y talento inmenso, ha hecho honor a este último adjetivo sobre todo en la recta final de su carrera. Hace ocho años, durante su estancia en el Real Madrid, ya se le empezó a ver algo de sobrepeso, pero eso nunca interfirió en su juego y en sus goles, como aquella exhibición ante el Manchester United en Old Trafford, en el 2002. A partir de entonces comenzó sus problemas con la alimentación y en sus últimas temporadas en el Corinthians ya se le pudo ver ostensiblemente gordo. Ahora acaba de anunciar públicamente (a sus 36 años) que participará en un programa de la televisión brasileña llamado 'Fantastico' en el que mediante un tratamiento de dietas y ejercicios físicos llamado 'Medida certa' podremos ver las vicisitudes de 'El Fenómeno' para bajar sus 118 kilos de peso.

Hitchcock, dinosaurio del cine

Igual Peter Jackson le podría recomendar su dieta -según él neozelandés, tan sólo cambió las hamburguesas por yogures y cereales-, con la que perdió 32 kilos en apenas diez meses. Jackson llegó a pesar 120 kilos en la época de de El Retorno del Rey y realizó su siguiente película, King Kong, con 50 kilos me menos en el cuerpo. Que le pregunte también el gran Alex de la Iglesia que perdió 35 kilos en seis meses a base de 'desayunar café con leche, comer cualquier cosa menos pasta y pan, y no cenar', según afirmó el cineasta bilbaíno antes de llegar a la Presidencia de la Academia del Cine español. Son sólo dos ejemplos de directores con sobrepeso que, preocupados por su salud y, por qué no, su imagen, decidieron reconducir su vida hacia otros derroteros más saludables. También el estrés debe influir bastante, pienso yo. Que se lo hubieran dicho al socarrón y afable de Alfred Hitchcock, cuando llegó a pesar 135 kilos y que, pese a bajar 40 kilos, siempre le acompañó su oronda figura el resto de su carrera. A Rainer Werner Fassbinder, mejor le dejamos en paz. El genial y prolífico cineasta alemán (más de cuarenta películas en apenas quince años)  murió a los 37 años tras una vida repleta de banquetes pantagruélicos de cine, drogas, alcohol y sexo. Rebelde y arrogante, jamás tuvo en cuenta la manera en que estos excesos afectaban su condición física, que jamás mermó su creatividad y talento. Más actuales, es de sobra conocido el famoso incidente hace dos años del cineasta Kevin Smith con una compañía aérea estadounidense que no le dejó entrar en el avión porque, literalmente, no cabía en su asiento del avión. Smith, precavido y consciente de su sobrepeso, solía comprar dos asientos cuando viajaba en esta compañía, pero aquel día tuvo que coger el vuelo anterior al suyo y sólo podía tener un asiento. El cineasta e intérprete del mítico 'Bob el Silencioso' se lo tomó con ironía en su cuenta de Twitter y afirmó, en su afrenta, que se habían metido "con el consumidor de comidas procesadas sedentario equivocado".

Fassbinder, a lo suyo

Y si volvemos a los futbolistas barriletes, se llevan la palma la escuela brasileña. No sólo Ronaldo y Ronaldinho, a estos podemos sumar al 'borderline' Adriano, que sólo él valdría para una entrada, mezclando talento y vida chunga, Romario, otro que tal baila, aunque fue más constante en juego y goles y,  para cerrar un quinteto mágico de descuidados físicos brasileiros, podemos rematar con Aílton Gonsçalvez da Silva, otrora goleador en el Shalke 04 y Werder Bremen que todavía sigue paseando su fortachón cuerpo por los estadios brasileños. Otros ejemplos históricos, algunos muy conocidos, serían el propio Maradona, Paul Gascoine, o incluso el portero galés Neville Southall, que ya mostraban sobrepeso en la recta final de sus carreras, mientras que otros han dado pista libre al barrigón tras su retirada, como Chilavert, Bogarde, Suker, Abédi Pelé o nuestro Sandro, ex del Real Madrid y Málaga, entre otros.

Sandro, jóven promesa y señor del balón