Confieso que se me han hecho cortísimas estas vacaciones. He aprovechado para ponerme al día con mi cocina y, aunque se me han quedado mil cosas pendientes, he comenzado mi andadura con el pan, estrené por fin la KitchenAid (hasta la puse "nombre": "la Pepi", jaja!!!) y ando experimentando con masa madre a base de frutas ( a ver qué sale de todo esto)...
Por otro lado, he comenzado a buscar sitios para hacer prácticas y la cosa no pinta nada mal. Ahora la cuestión es si podré ir a todos porque me encantan!!!
Lo mejor de todo esto ha sido el aroma de mi casa al entrar por la puerta... a bollería y pan recién hecho, uno de los mejores aromas del mundo....
Mis primeros panes, aun sin parecerme excepcionales (pues siendo puristas no lo son), han resultado un éxito en casa. Es más, los próximos me han pedido que sean más grandes, jaja!! Ya os los iré poniendo por aquí por si os apetece probar a hacerlos. Son muy fáciles, pues no tenía masa madre, pero creo que puede ser una forma bastante buena para ir practicando.
300gr de harina 75 ml de vino blanco de mesa 75 ml de aceite de oliva Carbonell 0'4º Sal Matalahúva Ajonjolí
1.- Ponemos todos los ingredientes en la amasadora (o en un bol): el vino blanco, el aceite de oliva, el sésamo (ajonjoli), matalahúva (anís), la sal y la harina tamizada.
Ingredientes del baño de miel:
500 ml de agua
200 gr de miel (la miel ha de ser pura, sino no quedarán crujientes)
170 gr de azúcar
13.- Ponemos el agua, el azúcar y la miel en un cazo.