Aunque estemos hablando de Jackson y Spielberg, dos titanes del mundillo, no estaba claro del todo que la segunda entrega de la anunciada trilogía protagonizada por Tintín fuera a ver la luz más pronto que tarde teniendo en cuenta que El Hobbit es ahora otra trilogía y no dos películas como inicialmente estaba planeado. Tampoco ayudan los 77 millones de dólares recaudados en Estados Unidos por la primera entrega dirigida por Spielberg (crítica aquí), claramente decepcionante para un estreno navideño de más de 100 millones de presupuesto. Pero no hay que olvidar que estamos ante un blockbuster atípico, ya que se basa en un personaje que viene del viejo continente donde la película sí cumplió con las expectativas dejando un total global de 373, y cuyo rodaje puede espaciarse a voluntad de los implicados con más facilidad que una película de imagen real. Vamos, que la secuela estaba asegurada. No tanto las prisas.
En este punto, el único problema parte por la agenda de Jackson, con un estreno por año hasta 2014. En lo que concierne a sus planes más inmediatos (si no contamos el baño de billetes que se va a dar mañana cuando se estrene Un Viaje Inesperado), el cineasta estará ocupado en verano rodando las escenas que le faltan para la tercera entrega de El Hobbit y después se pasará 12 meses enfrascado en la postproducción de los dos últimos títulos. Aún así, él mismo ha asegurado durante una entrevista promocional en Bélgica -vía Bleeding Cool- que en 2013 sacará tiempo para rodar las capturas de movimiento de la secuela de Tintín, aunque con vistas a un estreno en 2015.
El guión de Tintín 2 corre a cargo del escritor de literatura adolescente Anthony Horowitz y se especula con que está basado en El Asunto Tornasol además de en otros títulos como podrían ser El Templo del Sol y Las 7 Bolas de Cristal.