Si ya tenía problemas El Hobbit con esto de encontrarle director y, además de no tener aun una sólida luz verde por parte de New Line y lo que quede de la MGM, ahora el drama se pasa a los actores. Resulta que el pasado viernes varios sindicatos de actores australianos y de Nueva Zelanda mandaron una advertencia a sus miembros de no aceptar trabajar en el proyecto. El problema parece que viene a raíz de una negativa por parte de los productores de atenerse a ciertos derechos y formas de pago estipuladas dejando de lado en los contratos términos importantes sobre las condiciones de trabajo, salarios residuales y concelación de pagos. Si bien la advertencia no les prohibía (como toda advertencia) trabajar en el film, se aclaraba que podrían estar sujetos a punitivos que incluirían suspenciones, multas y hasta expulsiones.
Para Jackson, que dice ser un gran respetuoso de los sindicatos de todo tipo, esto es meramente una movida de Australia para tomar control sobre la creciente industria cinematográfica de Nueva Zelanda para ganar territorio y ni corto ni perezoso aclaró que de seguir los problemas levantaba campamento para trasladar el proyecto a otro territorio y listo. Habrá que ver si la Warner que ahora posee New Line y la MGM estarán dispuestos a bancar semejante gasto extra si las cosas se ponen más duras.
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