Como ya sabemos tirar cosas a la basura no es plato de gusto para ningún holandés que se precie. Y si uno se pone a buscar, puede encontrar elementos que no son correctamente aprovechados hasta en los lugares más inesperados. Pongamos por caso que te haces un tatuaje, te gastas tus buenos dineros y cuando por fin está todo a tu gusto vas.. y te mueres. ¡Zonde van het geld!* Personalmente no es un tema en el que haya reparado nunca, pero si nos ponemos a pensarlo debe ser una espinita clavada en la conciencia de los pocos holandeses que han decidido decorar su epidermis con un tatuaje como dios manda.
Mmmm… ¿huelo un posible negocio? Pues va a ser que no, ya que por supuesto en Holanda ya se han dado cuenta de esta carencia y se han puesto manos a la obra. El responsable ha sido en esta ocasión un tal Peter van der Helm, propietario del salón de tatuado Walls and Skin en Amsterdam. En su estudio ofrece un servicio muy particular: preservar los tatuajes de los muertos.
A ver si hoy entra alguien...
Ejemplo de tatuaje que debería
ser preservado a través de los siglos
Nos cuentan que el resultado tiene una textura similar a la del plástico y en teoría debería permanecer incorruptible por los siglos de los siglos, más esto no nos lo garantizan al cien por cien pues por el momento la técnica concreta que emplean no tiene más de cincuenta años.
Allá por 1900 este señor, que era un reputado patólogo, empezó interesándose por el arte del tatuaje a causa de que la tinta sobre la piel le ayudaba a detectar ciertas enfermedades. Pero acabó obsesionándose de tal modo que desarrolló una técnica para disecar estos dibujos y reunió una macabra colección de más de cien pieles humanas, que siguen expuestas en la actualidad en el museo patológico de la universidad de Tokio. Cosas que le pasan a uno. Como detalle añadir que este doctor inventó también la micropigmentación.
En lo que sí innovan los holandeses es en el hecho de popularizar y poner al alcance del cliente de a pie una técnica que hasta entonces era sólo una rareza. Pero es que para ellos las rarezas no existen. Recordemos sino el capítulo de psicología holandesa que vimos con anterioridad... todos conmigo:
A - Tenemos tatuajes la mar de chulos que nos da pena deshechar
B - Existe la taxidermia
Conclusión: ¿Por qué no disecar la piel tatuada de nuestros difuntos?
Dicho y hecho, en lugar de la típicas pieles de vaca, en unas décadas ya podremos decorar la chimenea con la espalda llena de anclas y calaveras de nuestro bisabuelo. Y como una pizquita de humor holandés nunca está de más por estos lares, el formulario de inscripción termina añadiendo que el espíritu del firmante se compromete a no perseguir al tatuador desde la tumba.
¡Úsalos como souvenir!
Por el momento unos treinta clientes que esperamos que al fin puedan dormir del tirón por las noches ya han visitado la tienda para firmar el documento. Sin embargo Peter Van den Helm, que es la cabeza pensante en todo este asunto y dice no haber sacado la idea de la historia del doctor Fukushi sino de una frase de Jonny Depp, ha confesado tranquilamente al diario De Parool que en un futuro se las va a ver canutas, pues ha intentado hablar con abogados, forenses y hasta el ministerio de sanidad y nadie ha sabido solventar sus dudas acerca de la legalidad del proceso. Así son ellos, relajados. Por mi parte, aun obviando estas cuestiones legales, me cuesta creer que los trescientos euros de tarifa consigan cubrir siquiera el billete de avión que ese patólogo del futuro tiene que comprar a última hora para llegar a asaltar el cadáver en menos de cuarenta y ocho horas....Florin Hirschfeld, uno de los que ya se han apuntado
¿Quién será el afortunado heredero?
* Frase popularísima en Holanda, que significa literalmente "un pecado para el dinero"
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