266 Petición de amistad por Facebook
Viñeta publicada en la página “Conejo Fustrado”
Estreno nueva categoría en “La Morada del Búho” donde contaré anécdotas, historias, entre otras cosas que van ocurriendo en mi vida cotidiana y será bajo la categoría “Y todo esto te cuento…”… ¿a que suena bien?.
Voy hablar de las peticiones de amistad por internet… ¡Que bonito!, saber que personas a las que no conoces, o mejor dicho, de las que no has oído hablar de ellas, quieran ser tu amigo en Facebook y compartir con ellos tus historias, estados de ánimos, aceptar para después te manden una solicitud de ser vecino en la movida esta de la granja, ciudad o lo que sea.
Pero bueno, vamos al grano…
El otro día me llegó una petición de un compañero de colegio desde que hace la friolera de unos 16 años aproximadamente que no nos veíamos desde que terminamos la EGB (de aquellas se llamaba así a la educación en España), a la cual me sorprendió mucho esa petición de amistad.
Tal fue mi sorpresa esa petición de amistad porque tuvo todo el colegio para hacerse amigo mío y en 12 años las únicas palabras que me había dirigido fueron las siguientes: “Celso, te apunto en la pizarra por hablar”; sin contar las broncas que teníamos días si y día también a lo cual mi odio a esa persona fue creciendo más y más.
Pasado un tiempo, él pensó que era buen momento para recuperar esa amistad, hacernos amigos y que hoy en día vivimos a cientos de kilómetros y puedo apostar que no compartimos ni el huso horario. Por el cual supongo que os podéis imaginar mi respuesta… le dije que “sí” a esa petición de amistad.
No hay nada más irresistible aparte de la petición de amistad de una persona que te cae mal… ¡Sus fotos!. ¡Me lo pasé como un cabrón viéndolas!.
Él que era guapo, atlético, elegante, buen porte, un poco chulito, que tenía a todas las chicas a sus pies, el ojito derecho de la profesora si lo vierais en las fotos… ¡arg!…
En una foto de la playa, vi a una persona barrigona, calva, fea, llena de pelos… ¡puaj!; una mujer con unas lorzas que tapaban la goma de abajo y la goma de arriba del bikini… ¡dios!; 2 hijos que tuvieron con la cabeza como un farol… ¡ay omá!; a lo lejos se veía un coche de esos baratos, de chapa, feo feo, horroroso… ¡lo barato sale caro!.
Y yo pensando: “Con la persona que era en que se convirtió dios mío”.
Esa foto la tuve como fondo de pantalla.
Lo dicho, si os llega una petición de amistad de esa persona que odiáis o simplemente os cae mal, siempre puedes aceptar y reírte un rato de ella.
¡Que malote soy contándoos esto!, es que si no lo cuento reviento