Como era amiga de Cobi y le hacía pajas con los pies, la enchufó en esto de ser mascota.Le dio un puesto en las Olimpiadas de lisiados del 92.
Ella solo quería servir de referente a un montón de lisiados y minusválidos. Pero lejos de alcanzar su objetivo, consiguió que toda una generación pensara que los disminuídos deberían vivir en una isla incomunicada como se hacía con los leprosos.
Años más tarde perdió las piernas. Una en una máquina expendedora de un sex shop y la otra en una de tabaco. Fue un duro golpe para su familia, que desconocía que había vuelto a fumar.
Pasó sus ultimos días viviendo en un barreño.