Muchos especialistas dicen que el cine clásico terminó en torno a 1968. Los grandes realizadores habían filmado una gran cantidad de obras maestras y el medio cinematográfico buscaba nuevos caminos. En Petulia no es solo que se traten abiertamente temas como el desamor, los conflictos violentos de pareja o el adulterio, es que Lester desbarata el lenguaje cinematográfico tradicional y ofrece una narración caótica y moderadamente fascinante: muchos planos, movimientos confusos de cámara, traslación a imágenes como flashes de los pensamientos o recuerdos de los personajes... La estética de la película es absolutamente informal, quizá en referencia a los anhelos de libertad de aquel presente. Una historia hija de su tiempo adecuadamente dirigida por el realizador de las películas de los Beatles. Es curioso que un actor como el ya maduro Joseph Cotten abandere la incomprensión conservadora a estas nuevas costumbres tan escandalosas. Petulia merece la pena verse, aunque sea como curiosidad que capta el espíritu de una época.