El gran e inaudito éxito de “El proyecto de la Bruja de Blair” ha cercenado buena parte de la creatividad de los guionistas del terror. Desde entonces proliferan las películas ”found footage” como setas, y casi siempre con escasa, o nula, fortuna. Esta vez topamos con algo más de ingenio, quizá por eso Ridley Scott se ha rascado el bolsillo produciéndola, y no se limita a repetir toda la fórmula. En los dos primeros tercios la acción se articula como un falso documental a partir de un hecho real sucedido en Phoenix en los noventa, el resto del tiempo se centra en el consabido vídeo grabado por los interfectos. Los contrastes están claros, una primera parte solvente y que crea expectación, una segunda redundante, tópica, que ya hemos visto demasiadas veces.Puntuación @tomgut65: 5/10