Esta semana me enviaron un vídeo entrañable, que aquí les dejo, en el que el pianista Paul Preston instaló su piano en las montañas de Kanchanaburi, en Tailandia, para tocar para elefantes. Son animales que por su avanzada edad o sus problemas visuales y auditivos no sobrevivirían en la vida salvaje. A algunos los han rescatado de las calles, donde, convertidos en mendigos, vivían de las limosnas de la gente. Los elefantes viven así en una reserva: el Elephant’s World Kanchanaburi. La pieza que interpreta Preston es el segundo movimiento de la Sonata Patétique de Beethoven.
A mí no me gusta ver a los animales encerrados, aunque pueda entender que en libertad les costaría sobrevivir. Sin embargo, ahora mismo me encantaría estar junto a estos elefantes, compartiendo con ellos un ratito de música.
http://www.youtube.com/watch?v=RKcks_4uLmA&feature=player_embedded