Pico de Gallo: ricos burritos, surf y cerveza fría en Chueca

Publicado el 13 enero 2015 por Noemi Megustamibarrio @megustamibarrio

Si Madrid tuviera playa, los surferos aparcarían la tabla en la puerta de Pico de Gallo. Este pequeño restaurante mexicano escondido en Chueca tiene ese aire relajado y molón del surf y es idóneo para hacer una parada gastronómica divertida, sin complejos ni protocolos. Y eso teniendo la certeza de que los burritos de Pico de Gallo son de alta calidad, que los cócteles están de muerte y que el precio es más que asequible.

En Pico de Gallo se sirven burritos, tacos, ensaladas, nachos y quesadillas al más puro estilo americano y tex-mex. O mejor dicho, Mission Style, una reinterpretación de la comida mexicana que nació en el barrio de Mission, en San Francisco en los años 60 a partir de las taquerías de los inmigrantes mexicanos. Comida rápida, abundante y cervezas muy frías sin perder de vista la calidad y la frescura de los ingredientes y la buena preparación. Pico de Gallo se abastece diariamente de su materia prima en proveedores de la zona e importa productos específicos directamente de México para enriquecer sus recetas. Por eso, la receta de sus salsas cuenta con tomatillo verde o chile chipotle, difíciles de encontrar en Madrid.

Y no me dejo atrás la coctelería, con clásicos como micheladas, mojitos, caipirinhas, blackpiroska, margaritas o beermargaritas. Suenan normalitos pero el gusto no tiene nada que ver. Se realizan con un azúcar especial, que apenas se encuentra en Madrid y que le da un sabor muy, muy rico. Si, yo se cómo se llama pero no puedo desvelar el secreto. Id y ved si lo adivináis, que os va a merecer la pena.

El ambiente tan especial que se respira y se disfruta en Pico de Gallo es obra de Javier Salinas. El dueño de este restaurante aprendió a cocinar de esta manera trabajando en Illegal’s Pete, la enseña líder de este tipo de cocina en el estado de Colorado. Allí, en la ciudad de Boulder, vivió Javier mientras estudiaba, esquiaba y hacía prácticas de periodismo en la NBC.

Tras pasar por varias cadenas de televisión españolas, decidió dejarlo todo y marcharse a hacer surf por el mundo. Trabajó y surfeó sin pausa y con pasión en Portugal y Nicaragua y un día, circunstancias familiares le motivaron para volver a la capital española. Pico de Gallo recoge toda la experiencia vital de Javier, sus gustos, sus pasiones y se convierte en su refugio, en su chiringuito playero con sus tablas de surf y fotos de sus amigos en la pared. La madera, las coloridas telas y las espectaculares lámparas (Petlamps de Álvaro Catalán Docón en la planta baja, MadeinMimbre en la superior), los azulejos o el enorme cactus que habita en el patio dotan al espacio de ese ambiente pacífico, relajado y divertido que buscaba su dueño.

Entra, pide, come, bebe y repite otro día. Porque, como reza el letrero de la planta de arriba, You should have been here yesterday o lo que es lo mismo, “no sabes qué ambientazo había ayer“. Los surferos siempre se lo dicen al último en llegar a la playa, las mejores olas siempre fueron justo antes de que tú llegaras. Así que si no quieres perderte el momento perfecto en Pico de Gallo, no te olvides de volver.

Los datos: Pico de Gallo. Calle Augusto Figueroa, 21. 912 19 63 21. Horario:  de martes a jueves, de 13:30 a 17h y de 20h a 01h. Los viernes y los sábados de 13:30 a 02:30 y los domingos, de 13:30 a 01h. Precio medio: 11-15€. Tenéis más info en su página web o en Facebook.

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