En alguna conversación cibernética, el joven crítico de cine, bloguero y estudiante de derecho Luis Reséndiz (@lapetitemachine en tuiter) me proponía una entrada sobre algunas películas que, por la influencia que claramente demuestran, podrían haber sido dirigidas por Woody Allen. Como las que siguen, en orden de aparición:
1. Prueba de Amor (Down to You, EU, 2000), de Kris Isacsson. Por más que Tarantino diga que es una de sus cintas favoritas de la década pasada, hay consenso que Allen falló en su intento de conectar con un público más joven en Muero por Ti (Anything Else, 2003). Unos años antes ya se había hecho algo similar, aunque no dirigida por Allen: el ilustre desconocido Isacsson había realizado una modesta comedia romántica ambientada en Nueva York y protagonizada por Freddie Prinze Jr. y Julia Stiles. En la cinta aparecen innumerables rutinas allenianas: entrevistas a cuadro con los personajes, monólogos a cuadro, interacción de los adultos con la imagen infantil de sus medias naranjas, etcétera. Acaso a la película le hace falta un poco más de neurastenia.
2. Besando a Jessica Stein (Kissing Jessica Stein, EU, 2001), de Charles Herman-Wurmfeld. La Jessica Stein de Jennifer Westfeld es Woody Allen con faldas: judía, neoyorkina, con vida sentimental/sexual emproblemada. La novedad es que, cansada de tantas decepciones, Jessica Stein decide probar suerte ya no con hombres sino con mujeres. Por lo demás, sigue a la perfección el camino de cualquier personaje woodyalleniano.
3. Miradas Ajenas (Comme une Image, Francia-Italia, 2004), de Jean Pierre Bacri y Agnès Jaoui. En un escenario intelectual de novelistas, críticos y escritores, esta aguda comedia de costumbres amorosas/sexuales tiene el regusto del más cruel Allen, el de Maridos y Esposas (1992) o el más misántropo, como el de Los Enredos de Harry (1997), con su retrato del creador como un monstruo egoísta.
4. Dulces Sueños (The Good Night, EU-GB-Alemania, 2007), de Jack Paltrow. Esposa greñuda/gruñona miafarrowesca (Gwyneth Paltrow), pleitos maritales filmados con cámara fija al estilo alleniano de siempre y hasta créditos en estricto orden alfabético, cual cinta de Allen. La influencia del cineasta neoyorkino es más que evidente en esta película del hermano de Gwyneth aunque, al final, es cierto, el filme toma otra dirección muy distinta.
5. Los Paranoicos (Argentina, 2008), de Gabriel Medina. Daniel Hendler es el perfecto schlemiel woodyallenesco: un aspirante a guionista que no ha pasado de la sinopsis de su argumento y que se termina enamorando de la encantadora novia insomne de su mejor amigo. El final es más de Billy Wilder que de Woody Allen, eso sí.