@elcastillo -su blog estápor acá- me pidió hace unos días que rescatara algo que escribí sobre El Amor Es Más Frío que la Muerte, opera prima fassbinderiana. Esto escribí hace varios años, en una desaparecida columna de DVDs:
“El cine representó la vida familiar que nunca tuve en casa”Fassbinder
Rainer Werner Fassbinder (1945-1982) fue, sin duda, la más grande figura fílmica en la Alemania de la segunda mitad del siglo XX. Cineasta, actor, productor, guionista (además de dramaturgo, director teatral, productor de radio y escritor), Fassbinder vivió menos de 40 años pero hizo el trabajo de una generación entera de creadores cinematográficos. Por desgracia para los cinéfilos más jóvenes, la obra de Fassbinder no se exhibe más que esporádicamente en la televisión cultural, se programa muy de vez en cuando en los cineclubes y muy pocas (mejor dicho, ninguna) de sus películas están disponibles en el videoclub más cercano. El Amor es Más Frío que la Muerte (Liebe ist kälter als der Tod, RFA, 1969), la opera prima del cineasta bávaro, ha salido a la venta en un DVD de Región 1, con subtítulos en inglés, en una copia perfectamente restaurada y en formato widescreen. El Amor… es el primer largometraje de Fassbinder, quien ya había realizado un par de cortos amateurs y que, por esa misma época, empezaba a despuntar como uno de los protagonistas de la vanguardia teatral germana, primero como parte del grupo “acción-teatro” y, posteriormente, como fundador del “antiteater”, una corriente teatral provocadora, anticonvencional y revolucionaria. Con todo, aunque Fassbinder fue –junto con el suizo/francés Godard—la figura emblemática del cine de arte europeo de los 70, su obra –como la primera de Godard—es muy cercana a Hollywood y a sus géneros, en especial al cine de gánsters y al melodrama. En este sentido, El Amor es Más Frío que la Muerte es una especie de apropiamiento temático de las películas americanas de mafiosos y delincuentes, realizada con una perturbadora estética minimalista que no siempre funciona tan bien como debiera. Franz (el propio Fassbinder) es un padrote y ladrón que no quiere pertenecer al “sindicato” –es decir, a la mafia—por lo que es golpeado y hostigado por los gánsters “organizados”. Franz entabla amistad con Bruno (Ulli Lommel), un violento delincuente, al que invita a vivir con él, provocando la desconfianza de Johanna (espléndida Hanna Schygulla), la mujer/prostituta de Franz. Lo que seguirá es uno de los temas preferidos de Fassbinder: las tensiones hetero/homo/sexuales entre los tres personajes, con las consabidas luchas por el poder/amor/deseo, temática que el cineasta llevaría al límite estilístico/melodramático en la extraordinaria Las Amargas Lágrimas de Petra von Kant (1972). Por supuesto, El Amor… es el filme de un debutante y eso se nota. Aunque Schygulla exuda seguridad y glamour, y el propio Fassbinder hace un trabajo más que decente en el papel de Franz, Ulli Lommel no convence como gansteril objeto del deseo. Además, las precarias condiciones de producción se notan demasiado, en detrimento de algunas secuencias –en especial en la del asalto al banco—aunque, justo es decirlo, Fassbinder demuestra que sabe manejar con solvencia la cámara y el encuadre, pues se da el lujo de unos cuantos planos-secuencia muy bien ejecutados. En suma, la película resulta obligada si se quiere empezar a revisar la obra de Fassbinder. Después de todo, El Amor… es su opera prima y, dice un tal Perogrullo, siempre hay que iniciar con el principio.