Y muchos os preguntaréis: ¿A qué narices viene todo este rollo? Pues muy sencillo. Hará como una semana leí una noticia en la que decía que una niña que había nacido sin manos había ganado un concurso de caligrafía gracias a unas prótesis. El resumen de la noticia vendía a ser algo así como que "nada es imposible". Pues lo siento, pero sí que hay cosas imposibles y cada cual tiene las suyas propias. En mi caso, pues creo bastante poco probable que me ponga a entrenar y supere a gente como Usain Bolt en una carrera o que cumpla las condiciones básicas para ser astronauta. Y es que, qué queréis que os diga, esto del pensamiento positivo me parece muy bien (mejor pensar en positivo que no pensar que la cascarás esta noche mientras duermes), pero también hay que ser mínimamente realista. La verdad, no me veo comenzando a estudiar físicas o medicina y ganando el premio Nobel o dirigiendo algún importante hospital por mucho que quisiera.
En definitiva, que si bien está bien que todos pensemos en cosas positivas, al mismo tiempo hemos de ser conscientes del hecho de que, por mucho que queramos o deseemos una determinada cosa, de igual manera que existe la posibilidad de que nos ocurran cosas positivas, también hay la posibilidad de que nos ocurran cosas negativas.