Pide y se te dará…

Por Adrylin

Quizás para muchos esta expresión es una de las más comunes que hemos escuchado, y sin embargo le tenemos muy poca fe, pues desde pequeños nos han enseñado que para obtener las cosas es necesario mucho esfuerzo, trabajar duro y muchas veces un poco de "suerte", en algunos casos hasta nos dicen que la "suerte" no es para todos.

No estoy diciendo que esta sea una fórmula mágica en la que uno pide lo que quiere y ya está, las cosas no funcionan así, todo depende de la convicción con que lo hace, uno debe pedir con la firme convicción que se va a cumplir, así, la mente automáticamente se pone a trabajar en plantear estrategias para alcanzarlo pues se le ha dado una orden y lo que hace la mente es obedecer. ¿Alguna vez viste orar a un niño?. Ellos no dudan de lo que están pidiendo, ellos simplemente saben que sucederá, somos los adultos que vamos "formando" sus mentes y vamos convenciéndolos de ideas contrarias a lo que ellos piensan.

Sin embargo, hay un inconveniente, y es que la mente no diferencia entre lo que es bueno o lo que es malo, simplemente responde a las órdenes que de forma consciente o inconsciente le damos. Entonces se cumplirá una orden positiva o una negativa de igual manera.

Tampoco razona lo que le pides, por lo que procurará encontrar las circunstancias que mejor se acoplen a lo que tu pediste. Personalmente he visto que esta afirmación es real, que si uno pide sin la mínima duda de que se cumplirá, todo el universo se moverá para que esto suceda; obviamente tienes que hacer tu parte, observar las señales, aprovechar las oportunidades, dejar de lado el miedo y dejarte llevar.

Tengo un par de historias que me llevan a creer en esta afirmación, la primera me llevó muy lejos de mi país (fui a la India) por un tiempo y recibí muchas enseñanzas y la otra me llevó a perder mi puesto de trabajo pues yo había "pedido" que durara hasta una fecha específica, llegó la fecha y me dijeron muchas gracias.

Y así existen ejemplos grandes y pequeños, lo importante es tener fe, observar las señales, cuidar nuestros pensamientos y aprovechar las oportunidades.

Aprende a dominar tu mente, antes que ella te domine a tí