Su leyenda, del siglo V, se incluye en la leyenda del culto a las Cadenas del apóstol San Pedro, recordada en la memoria de San Pedro Ad Víncula (1 de agosto). A partir de la "Leyenda Áurea" del Beato La Vorágine (13 de agosto) ganaría popularidad este santo. Se nos cuenta que, imperando Adriano, fue encarcelado el papa San Alejandro I (3 de mayo) y con él San Hermes (28 de agosto), prefecto de Roma, quien había sido convertido por Alejandro. Quirino, que era tribuno, habló a Hermes diciéndole: "Es curioso que un hombre sensato renuncie a todos los beneficios del cargo de prefecto para soñar con una vida tan diferente". Hermes le respondió: "Yo también creí un tiempo en todo terminaba con nuestra vida terrenal". Quirino le replicó: "¡Si me demuestras que hay otra vida, puedes hacerme tu discípulo!". Hermes le señaló al obispo Alejandro y le dijo: "Es mejor que preguntes a tu otro prisionero, porque él puede hacer eso mejor que yo". Pero Quirino le dijo amargamente: "te pido pruebas, ¿y me envías a Alejandro, que está preso como tú? Esto haré, les separaré en celdas distantes y les pondré doble guardia. Si vuelven a juntarse de algún modo, entonces estoy dispuesto a creer en lo que dices".
Y así lo hizo Quirino, llevando a Alejandro a un extremo de la prisión. Estando el santo papa en oración, un ángel se le apareció y abriendo la puerta de la celda, lo llevó a la celda de Hermes, pasando entre la guardia. Ante este milagro Quirino aceptó la fe cristiana. Hermes le contó a Quirino como Alejandro había resucitado a su hijo, y Quirino quiso que Alejandro sanara a su hija Santa Balbina (31 de marzo), enferma de mal de garganta. Alejandro consintió, regresando a su celda de modo milagroso otra vez. Cuando Balbina estuvo frente a él se arrodilló para besar sus pies, pero Alejandro le dijo: "No beses mis cadenas, sino las de Pedro. Búscalas, venéralas y recuperarás tu salud". Y así pasó, Quirino halló las cadenas que había llevado el mismo San Pedro y cuando Balbina las besó quedó sana. Otra versión dice Alejandro tocó las cadenas al cuello de la joven. En fin, que sana Balbina, Quirino devolvió la libertad a Alejandro, quien le bautizó a él y a su familia.
Traslación a Neuss.
Iglesia de Malberg, Alemania.
Aunque todos estos personajes sean mencionados en este relato legendario, ciertamente consta su martirio y sepultura en las catacumbas romanas, la cercanía de sus sepulcros forjaría la leyenda. Es abogado contra la gota, las piedras en los riñones y los dolores de las piernas. No hay que confundirle con San Quirino de Siscia (4 de junio).
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 30 de abril además se celebra a:
San Eutropio de Saintes,
obispo y mártir.
Santa María de la Encarnación,
viuda y ursulina.
San José B. Cottolengo,
presbítero fundador.