Los golpeadores son unos serviciales espíritus subterráneos que se dieron a conocer en tiempos de los fenicios, cuando éstos navegaban para intercambiar sus artículos por productos como cobre, estaño, plata y plomo. Antes de la llegada de los fenicios los mineros no tenían que excavar mucho en la tierra para encontrar los minerales que necesitaban. El auge del comercio provocó que los mineros tuvieran que ir abriendo galerías cada vez más profundas en la tierra. Pronto empezaron a oír misteriosos golpes, que al principio pensaron que eran de otros mineros trabajando en las cercanías. Pero la experiencia les enseñó que los golpes, o bien anunciaban un desastre inminente en forma de derrumbamiento, o bien eran señales que les guiaban a una rica veta de mineral. Los mineros desarrollaron con rapidez la ciencia de la golpeología, y los golpeólogos expertos eran capaces de descifrar fácilmente el código del golpeador, que les guiaba en las direcciones más convenientes o les advertía que tuvieran cuidado. Cuando los mineros emigraron a otras partes del mundo, descubrieron que existen golpeadores en todas partes, aunque en algunos sitios se les dan nombres diferentes. Pero su comportamiento es parecido. Nadie ha conseguido ver a un golpeador más que de forma fugaz. De vez en cuando, cuando vamos por el campo o el bosque, un ligero desprendimiento de tierra en una grieta de las rocas indica que un golpeador acaba de ocultarse a toda prisa. Otras veces un minero encuentra en el polvo del fondo de un pozo un rastro de pequeñas pisadas, que desaparecen cuando empieza a examinarlas. Hay buenas razones para creer que los golpeadores tienen cierta semejanza, y quizás parentesco, con los gnomos. Igual que hay buenas razones para creer en su existencia y si no… mira lo que han dejado en mi jardín:
PIEDRAS DE LOS GOLPEADORES (Piedras dulces de chocolate)
Ingredientes:
Elaboración:Troceamos muy bien las galletas oreos y las reservamos.Ponemos el chocolate troceado y la leche condensada en una cazuela y la llevamos a fuego bajo , vamos mezclando y removiendo y cuando la mitad del chocolate está fundido retiramos la cazuela del fuego y removemos enérgicamente, con el calor residual se acabará de fundir el chocolate, si no es así pues lo volvemos a acercar un poquitín más al fuego.
Nota: al principio será una masa bastante grasa, esto es debido a la manteca del chocolate blanco, no te asustes, puedes apretar cuando esté tibia la masa (cuando la coloreemos) e intentar quitarle un poco del exceso de grasa con papel de cocina.
Las piedras dulces y... cuatro que no lo son.
Los golpeadores nos han dejado una piedra para poder ver a las hadas....