Todo a colación sobre el lío de la imputación de transmisión de inmuebles a la infanta Cristina, y un tercero con el error del DNI. No sé si este hombre se tapa las espaldas o realmente nos sirve aquí la teoría de la conspiración. Lo que está claro es que tenemos algunos ministros, como Wert, y él mismo, que cada vez que se les ocurre alguna, se cubren de gloria.
Entiendo que en alguna ocasión se pueda producir un error, pero ¿trece veces? A ver, que para comprar o vender cualquier propiedad, tiene que haber una rúbrica de un notario. ¿Se va a equivocar trece veces el notario?¿Estamos locos? Esto ya no es un “a ver si se lo creen”. Esto es más bien un “os la coméis porque yo os lo digo, que para eso soy ministro de Hacienda”. Aunque viendo cosas como esta, más que un ministro lo que parece es una menestra, pero no de verdura, sino de mentiras y despropósitos.
Lo que pasa es que algunos hemos decidido que no nos creemos ya ni la verdad. Y dudo mucho que sean ni los notarios, ni los mismos empleados de Hacienda, los únicos que decidan creérselo.
Lo que también me resulta poco creíble es la maniobra esta de decir que va a buscar a los culpables, y que va a lavar Hacienda para que no vuelva a pasar. Pues amigo Montoro, no tienes Ariel bastante, ya te lo digo yo, empezando por ti y por tu amiguete, el de Economía, que es otro que tal baila. Cuidado, cuidado, a ver si va a venir Eliot Ness y os obliga a crear una Ley de Transparencia, pero una de verdad, no la de juguete que seguro que estáis planeando (y sí, estoy argumentando, Su Señoría).
No creo que el miedo de Montoro esté producido por la cantidad de trabajo que se les viene encima a los funcionarios de Hacienda, por lo de que estamos en época de declaraciones, sino por el destape generalizado de toda la mierda que está salpicando, en varias direcciones, vía descubrimiento de sobresueldos, ahora mismo a su partido. Y eso sí sería para estar asustado (como si lo demás no lo fuera).