La línea consta solo de dos tonos: Diamond Dust, un gris con glitters holográficos y Ruby Crush, un rojo con glitters plateados.
Lo adoré ni bien lo vi, pero no sucedió lo mismo cuando llegó el momento de probarlo. Su consistencia es bastante espesa además de que el pincel no ayuda mucho para la aplicación, por lo que tiende a quedar partes de la uña sin cubrir y es necesario aplicar al menos tres capas para que quede parejo. Lo bueno es que a diferencia de otros glitters similares como Disco Ball de Impala, en este los glitters quedan bien esparcidos sobre la uña.
El tiempo de secado es rapidísimo entre capa y capa (punto a favor) y la duración sin top coat es de 2 días aprox. (punto en contra)
Como todo esmalte con glitter, tiende a dejar una sensación aspera al tacto y suele engancharse en la ropa, por lo que ayudaría el uso de top coat como toque final para evitarlo.
A pesar de renegar tanto con la consistencia y el pincel, este esmalte me encantó. Los destellos holográficos son tan notorios que no podía dejar de contemplarme las uñas.
Esta belleza y al igual que Ruby Crush ya se encuentran disponibles en los stands de Rimmel London. Su precio es de $49 aprox.
¿Qué les pareció este esmalte?
¿Tienen algun glitter preferido?