SINOPSIS: Adéntrate en el universo emocional de Pieles en penumbra. Déjate arrastrar por la cadenciosa voz de los silencios y los sonidos de las lágrimas. Respira los colores de la inocencia, la ternura y la tórrida pasión. Degusta el delicado sabor de la belleza abriéndose pletórica como una flor…El drama de los refugiados, la violencia de género, el maltrato escolar, los grilletes de los celos, los puñales de la homofobia y la xenofobia, entre otros, son algunos de los tejidos de unas indefensas pieles que ansían acariciar el despertar de un renovado amanecer.Si estás buscando unas historias distintas, que se adueñen de tu memoria y no te dejen indiferente, éste es tu libro.
En “Pieles en penumbra” despliega un universo personal en una deliciosa combinación de relatos y poemas. El autor lo hace con convicción, sí; con un extrañamiento y una valentía que recorre sigiloso cada una de las páginas de este libro. Podría decirse, incluso que hay belleza, mucha luminosidad envuelta en una escritura rica y lírica, aun en las representaciones más sórdidas de lo que nadie quiere o se atreve hablar. A José Manuel no le preocupó encontrar la belleza, que sin pretenderlo la tiene y mucha, ni de experimentar con cada historia, en terrenos farragosos como son: el tocar fondo, una despedida, el sentir por el ser querido, el destello de deseo por alguien, la homofobia y el rechazo de la familia, el bullyng y la fortaleza por la lucha, los deportados y los refugiados, el maltrato tanto físico como psicológico, la humillación del racismo o el amor en todas sus vertientes. La intención del escritor es explorar con la escritura una zona que no tiene palabras, pero sí lenguaje. A partir de ello construye el espejo de esta sociedad y todo lo que hay en ella carente de valores.Por todo esto consigue, con este libro, combinar profundas reflexiones y sentimientos de lo más intensos en medio de una narración sencilla, ágil y cómoda de la que el lector forma parte desde el primer relato. Y al estar leyendo tener la sensación de estar escuchando la historia de toda una vida de miles de personas que se puedan sentir identificadas en este muestrario de circunstancias. Unas historias vibrantes, llenas de aventuras y desventuras, con pinceladas de historias reales; de sombras y luces del amor verdadero o dañino. Es un libro que explora las cicatrices y sorprende con un registro íntimo. Con una crítica social a todos aquellos comportamientos, ritmos y pulsaciones físicas del ser humano. Al tiempo que invita a imaginar que, más allá de los vivificantes aires cosmopolitas, estos dramas podrían haber tenido lugar en cualquier parte, pues el paisaje dominante es la conciencia humana y la geografía del alma.La condición humana preside la totalidad de sus narraciones, un retablo humano de dimensiones reducidas, con figuras que asumen las variantes del alma y los matices que caben en ellas. Cuenta historias particulares magníficas, tiernas, emotivas pero a la vez duras, dolorosas, tejidas con vileza.El giro de cada relato -sutil, inteligente y rotundo-, nos devuelve a una realidad inesperada y perturbadora en la que se constata que el primer cómplice -o víctima- de la trama no es otro que el propio lector. Porque Muñoz Serrano es un escritor de secretos y de silencios. Lo que callan sus personajes, lo que ocultan, lo que susurran, deja que el lector lo intuya en la música interior del relato. Porque lo que importa es la resolución de lo narrado con esa vocación de estar contando naufragios y supervivencias, instantes fantasmagóricos junto con las escenas de una sencilla felicidad. Con el propósito, de terminar de leer el relato ofrecer la posibilidad de reconstruir gracias a las pequeñas cosas, como si juntásemos fragmentos de felicidad o cristales de luz, la existencia en la que no puede faltar el amor y la esperanza.Por una parte cada relato tiene una historia que merece ser contada; por otro lado, en cada uno de ellos no falta tampoco la denuncia y el compromiso.
Otro aspecto digno de mención del libro son los poemas. Las poesías de José Manuel giran alrededor de una idea central que funciona igual que la biela de un motor: transmiten rotación y potencia, fuerza dinámica. Son esos dos momentos diferentes que podemos encontrar en su poesía: el hombre que se sabe actor protagonista de sus días y el que pasa al papel de espectador. Y desde sus páginas, sus versos conmueven, ya que las poesías son actas notariales de la experiencia. Son las palabras, ese sol que hace que también el tiempo se evapore. Y es el amor, esa confianza instintiva, piel a piel, en la existencia que no necesita, mientras da vueltas el aire, en una red de: amor enamoradizo, amor fraternal, amor juventud o madurez, amores vividos o soñados, amores robados o improvisados, amores perdidos o reencontrados. La vertebración de la vida que entraña los espacios más íntimos o familiares y el misterio o la conciencia de la otra persona.El escritor nos lleva al hombre que se pregunta qué hacer con ese don que no parece tener utilidad en un presente global y donde todo es cada vez más sórdido y deshumanizado.
Con una solvente estructura narrativa y el equilibrio entre la prosa contundente y la plástica poética “Pieles en penumbra”indaga en la relación ser-parecer, en los personajes y la versión de una misma historia.El léxico de cada una de las piezas confirma que puede tomarse por una declaración de principios. Una pequeña recopilación de voces reiteradas que trae a los ojos las palabras: rabia, ira, envidia, maldad, amor, felicidad, reencuentro, búsqueda, esperanza. En este caso en particular, un lenguaje que construye monólogos arrebatados y desmenuza retratos y perfiles, sin que falten las emociones eróticas, los desengaños, los sueños o las ilusiones.Una de las cosas que me han gustado es que el autor no se esconde tras malabarismos literarios, ni sentimentalismos baratos, ni embustes, si no que le imprime un luz próxima y auténtica al relato que nos está contando. Es lo que antiguamente se llamaba un libro de compromiso social, mirando a la sociedad que le ha tocado vivir. Dado que combina profundas reflexiones y sentimientos de lo más intensos en medio de una narración sencilla, ágil y cómoda.Todo está o eso fue lo que intentó hacer el autor, orientado a que la lectura genere la sensación de estar mirando por el cerrojo directo al interior de una habitación prohibida.Su intención ha sido, a través de un complejo de personajes, abordar experiencias vividas cuya intensidad se pueda abordar desde distintas perspectivas. Quería entender y hacernos entender: la violencia y los deseos intensos. Y les aseguro que lo ha logrado.No se engañen los lectores, aunque sean relatos, ni son breves ni son sencillos en su desarrollo; porque, cada uno de ellos tiene un profundo devenir de cada uno de los personajes, tanto los masculinos como los femeninos. De modo que, cada historia que cuentan cada uno de los protagonistas, tanto conjuntamente como por separado, tiene un trasfondo complejo.El autor cordobés tiene una varita mágica para mostrar una realidad vigente, en la que desarrolla un mundo de incomprensiones, turbulencias, amargura y burlas pero a la vez de equilibrio, esperanza, tolerancia, bondad, bienestar y consideración. Es un homenaje al lenguaje de todos ellos.
No nos vamos a encontrar un mundo de limitaciones, si no que vamos a encontrarnos con una gran diversidad de personajes que tienen mucho que dar y que no se ven limitados. Los lectores pueden espiar, a través de los relatos, áreas realmente oscuras pero a la vez prometedoras y sencillas de esas personalidades. Cada persona narrativa colabora a configurar el tono y el enfoque del relato. Incluso los personajes silenciados, aquellos que son incapaces de articular un sentido sobre sus experiencias, están presentes en los relatos de alguna manera, ya sea con lo que otros dicen de ellos o de lo que ellos mismos intuyen que cuentan de sus propias experiencias.Otro rasgo fundamental, es que tienen voz propia que nos permite asomarnos a su mente. Los personajes mueven la historia.Al mismo tiempo están perfectamente definidos, muy bien trabajados; son muy humanos y conlleva una gran carga emocional. Se trata de un libro prácticamente coral en la que cada uno de ellos tiene un sentido claro y una razón de ser en la historia. Por el camino, vías abiertas que dejan, al lector, con ganas de más recorrido; porque cada uno de ellos, asume una problemática que abarca lo universal del ser humano: se habla bastante del amor, de la quimera de la felicidad, de la juventud revisada, también del dolor, el ácido corrosivo de la deslealtad, de la decadencia de una existencia turbia. Así como de la fantasía como refugio que nos libera, el coraje de hacer lo que deseas aunque no lo necesites, la importancia de cambiar de rumbo cuando la ocasión lo exija. Todo ello se enlaza de manera muy natural y coherente; pero a la vez es provocador y deslumbrante.
Me ha parecido un libro humano y necesario, donde se analiza racionalmente y desde una encomiable posición todas las situaciones que están o han pasado algunas personas alguna vez en su vida.El tono ligero de algunas páginas no debe engañar sobre la seriedad de lo que se cuenta.Son piezas que hablan con claridad y son tan argumentales que varias contienen la almendra de la novela como pentagramas sobre los tonos y el alma de la felicidad humana.