Hace un tiempo paseando por Youtube (cosa que hago a menudo mientras espero a que Loki se duerma) encontré un vídeo interesante. En él se preguntaban si todas las personas con problemas de salud mental piensan igual.
Desde el canal de Jubilee tienen una “serie” de vídeos que han llamado Spectrum y ponen a personas que tienen algo en común (una enfermedad mental, ser mujer, negro, trans, creyente…) a responder una serie de afirmaciones. Las personas deben situarse en el suelo en un rango desde completamente en desacuerdo hasta completamente de acuerdo con la frase que les dicen.
Después suelen compartir por qué se han colocado en esa posición y hablan de sus diferentes experiencias.
Hoy me toca posicionarme a mí
Comparto el vídeo porque me parece muy interesante ver que no porque las personas tengan una experiencia vital importante en común quiere decir que piensan igual.
Lo que sería obvio en una enfermedad física: no piensa lo mismo una persona recién diagnosticada de cáncer que alguien que lleva años con la enfermedad, no lo es tanto en la enfermedad mental.
Ya no es solo que te afecte el tratamiento. Es el shock del diagnóstico. El momento vital en que te encuentras. Tu edad. Tu género. La familia. Las circunstancias socioeconómicas…
Así que voy a “jugar” yo también y voy a posicionarme ante las afirmaciones del vídeo y dar mi opinión personal.
En mi casa se hablaba de salud mental cuando era pequeña
Frase original: “Mental health was discussed in my home growing up”.
Yo estaría en desacuerdo. La verdad es que no recuerdo que se hablara específicamente sobre salud mental durante mi niñez. Tengo un claro recuerdo de mi adolescencia y que hablaran en el telediario sobre las páginas que incentivaban los trastornos de la alimentación y que pasara como una noticia sin más. Cuando yo era una adolescente en el rango de edad en peligro. Y un ordenador que prácticamente solo gestionaba yo en mi habitación.
Supongo que mis padres no estaban preocupados por esas cosas porque yo era una niña buena y tranquila.
¿Quizás las cosas hubieran sido diferentes si hubiéramos hablado estos temas? No lo tengo muy claro realmente. Creo que me habría escondido más en mis conductas dañinas.
La gente se sorprende cuando descubre mi enfermedad.
Frase original: “People are surprised to find out I have my mental illness”.
Diría que estoy parcialmente de acuerdo. Con mi primer diagnóstico la familia y amigos lo flipó bastante y hubo comentarios que no fueron malintencionados pero claramente se veía que no entendían la situación. “Pensaba que tenías la cabeza bien amueblada“.
Tiempo después se consideró que se me había pasado, junto con la adolescencia. Luego mi hermana pequeña enfermó y falleció, así que nadie se sorprendió de mi etapa depresiva.
Lo que sí nos sorprendió a todos,incluída a mi misma fue el diagnóstico de Trastorno Límite de la Personalidad. Creo que algunos familiares y amigos cercanos pudieron pensar que había algo mal conmigo, que me ocurría algo pero nunca esperaron algo así.
Confío en los profesionales médicos.
Frase original: “I trust medical professionals”.
De nuevo parcialmente de acuerdo. Depende del profesional y de la categoría profesional. Con mi actual terapeuta (psicóloga especializada en trastornos de la personalidad) me encuentro muy cómoda y confío mucho en ella. Eso no quiere decir que no cuestione sus ideas o métodos, pero si me dejo guiar.
Los psiquiatras caen en otro saco diferente porque el tema de la medicación es algo que me genera mucha inquietud. Creo que cada paciente debe ser consciente de que se está medicando y qué medicinas está tomando y hacerlo de forma voluntaria. Después de más de dos años tomando medicación no estoy segura de si en mi caso hace bien o mal. Si está funcionando o no.
Buenos días mundo
— Chibimundo #ElijoElArcoiris (@chibimundo) July 10, 2020a finales de mes tengo cita con la psiquiatra y tengo ganas porque están volviendo a aparecer muchos síntomas y ahora sin medicación no sé a qué atenerme. No quiero volver a tomarla PERO no sé cómo gestionar las cosas
Al final en mi experiencia con la sanidad pública y privada en españa me he dado cuenta de que los profesionales a veces valen lo que los recursos que tienen disponibles. Sé que mi psiquiatra de la seguridad social quiere ayudarme más allá de sus opciones reales. Pero no puede.
El autodiagnóstico es peligroso y no es válido.
Frase original: “Self-diagnosis is dangerous and invalid”.
Estoy parcialmente en desacuerdo. En mi vida he pasado por múltiples diagnósticos desde bastante pequeña:
- 7 anorexia psicógena
- 17 anorexia
- 19 bulimia
- 20 depresión
- 31 depresión postparto
- 32 trastorno límite de la personalidad
Estando en la ESO (12 a 16 años) yo ya era consciente de que había algo mal en mí. Que no me relacionaba con los demás en los mismos términos que ellos lo hacían. Mi ansiedad estaba por las nubes. A los 13 empecé a pensar en las autolesiones como algo liberador, aunque no lo llevé a cabo hasta 4 años más tarde.
En todo ese tiempo investigué mucho (sobre todo en la carrera) y me dí un montón de nombres diferentes. Cuando encontraba una categoría en la que encajaba me sentía algo mejor, porque las cosas tenían sentido. Pero cuando realmente he descansado, al menos interiormente, ha sido al recibir el diagnóstico profesional.
Creo que está bien investigar y plantearse las cosas pero cuando tienes la duda debes acudir a un profesional para que te guíe.
La terapia y la medicación me funcionan.
Frase original: “Therapy and medication works for me”.
Parcialmente de acuerdo y parcialmente en desacuerdo. Depende del día y del momento.
Creo en la terapia. Tal vez no en algo que puede llegar a curarme pero si en algo que puede ayudarme a ser más funcional. Que me puede servir como herramienta a la hora de encajar en la sociedad.
Decir que funcionan sería como ver una línea temporal en la que me curo y no estoy en esa posición. Hay veces que estoy mejor y otras peor. Esas rachas no las relaciono con la medicación ni con la terapia sino con los bandazos de mi propio TLP.
Los profesionales tampoco hablan de curación en los trastornos de la personalidad si no de una enfermedad crónica que puede estar en remisión pero en la que puedes recaer. No me gusta ser negativa pero en este aspecto lo soy.
Desearía no tener mi enfermedad.
Frase original: “I wish I didn’t have my illness”.
Este sería mi primer completamente de acuerdo. Y lo digo desde la consciencia de que esto es un deseo y algo imposible de realizar o de ver cómo sería mi vida en ese caso.
Mi personalidad es mi forma de ser, de vivir y de relacionarme. De amar. Sin mi trastorno de la personalidad no sería yo.
Si hubiera un tratamiento lobotomizador que extirpara la enfermedad de mí y me convirtiera en una persona libre de TLP lo que haría sería preguntar a mis seres queridos si querrían que me sometiera a él.
Yo preferiría vivir sin el sufrimiento que conlleva la enfermedad mental, pero me daría miedo perder una parte de mí en el proceso. No obstante son ellos quienes me sufren más. Quienes lo pasan mal en mis momentos malos y temen el rebote en los momentos altos. Por ellos lo haría sin dudar a pesar de perderme a mí misma.
Me encantaría vivir un día sin TLP y ver qué se siente.
¿Piensan todas las personas igual?
Si ves el vídeo y lees mis respuestas es fácil descubrir que evidentemente no. No todas las personas con un trastorno mental piensan igual. En muchos casos es difícil definir una sola posición porque hay muchos “dependes”. Hay días buenos en los que a pesar de todo estoy a gusto en mi piel y otros en que ma la arrancaría a tiras.
Espero que este vídeo y este post os haya acercado a un colectivo bastante invisibilizado y desconocido. Te invito a hacerte las preguntas que proponen y reflexionar sobre si estás de acuerdo o no con ellas.
Si quieres copiar las preguntas para hacer tu propio post sería genial. Déjame tu link en comentarios para poder visitarte.