Por qué lo compré
Desde hace más de un año estoy suscrito a Philosopher Notes, que son resúmenes de libros de filosofía “popular” o si lo preferís autoayuda “seria”. La colección incluye desde a escritos de Buda como a Marco Aurelio o Steve Cowey. Y en un par de folios tienes resumidas las ideas fuerza de cada libro. Uno de estos libros resumidos es por supuesto “Piense y Hágase Rico”, y me intrigó lo suficiente como para vencer mis reticencias y adquirirlo.
El bueno
Napoleon Hill es un gran motivador. ¿Qué te sientes mal? ¿Qué no ves futuro? ¿Qué piensas que estas destinado al paro? Consigue este libro y te dará un subidón. En serio, Hill es un artista de la venta y eso se nota desde la primera página. Se esfuerza conscientemente tanto en establecer su credibilidad como en dotar al lector de la confianza necesaria para emprender grandes cosas.
Y es esto de lo que va el libro, no sólo de hacer rico, sino de ser capaz de emprender con éxito grandes cosas.
Por otro lado Napoleón Hill es un excelente profesor. Usa la intriga, la narrativa y el ritmo de la información para mantenerte atento. En ningún momento aburre, siempre parece que lo mejor estar por llegar y durante la primera mitad del libro siempre es así.
El secreto
Napoleon Hill es un firme creyente en el sueño americano y en un sueño que, para él, se torna en una especie de religión en sí misma. Básicamente -y recordad que este libro es de 1937- el secreto consiste en desear algo con tal intensidad que luego venga a tí, pero a través de tu esfuerzo, de tus virtudes puestas a trabajar.
No basta con encender unas velitas
Hay momentos, sobre todo hacia el final del libro, en que Napoleon Hill parece que está dando una receta mágica. Y seguramente él creía sinceramente que la Fortuna está de parte de los valientes, que “Dios” ayuda a los que se esfuerzan.
Lo que es seguro es que se emplea con furia en desterrar los miedos de la gente corriente -miedos que subusisten casi 80 años más tarde- y con empeño a construir tu confianza. Si tienes el deseo necesario y el empeño de aprender lo necesario e intentar grandes cosas con todas tus energías, una y otra vez, mejorando y cambiando según aprendes, entonces el universo hará que triunfes.
Esta es, desde luego, una idea conmovedora, de la que discrepo. Dudo mucho que los leptones o la interacción débil o la fuerza gravitatoria se pongan de acuerdo para favorecerme. Sin embargo puedo apreciar su verdad simbólica: esta idea da una oportunidad real de hacer grandes cosas, porque el primer obstáculo para todo somos nosotros mismos.
El conocimiento como palanca
Vivimos en la España con los jóvenes más formados de la historia. Pero con jóvenes que ocultan su formación para conseguir empleo, lo que no sólo demuestra las carencias de nuestro gobierno, sino también de las empresas y de los propios jóvenes. Y no es un fenómeno exclusivamente moderno, ya Napoleon Hill se pregunta por qué el conocimiento no siempre se traduce en riquezas.
Los hay quien ni lo intentan. El científico rara vez tiene una motivación principalmente económica —aunque merezca una remuneración decente. Y ahí precisamente está la clave.
Napoleon Hill a los jóvenes del 2011
Este sería el consejo que Napoleon Hill daría a los jóvenes con estudios pero sin empleo del 2011. Organizad vuestros conocimientos hacia la riqueza.
Lo que ya sabéis, convertidlo en negocio. Complementad vuestra formación con los conocimientos prácticos que sean necesarios para levantar una empresa. No se trata de aprender contabilidad, para eso están los contables y las gestorías, pero sí saber como poner un producto o servicio en el mercado, como vender y como administrar. Pero empezad ya, leed un libro, no os matriculéis en ciencias empresariales, porque aprenderéis más si aprendéis haciendo, y porque vuestras principal dificultad es pasar desde el mundo académico al de la empresa. Hacedlo ahora, empezad a construir riqueza con lo que ya tenéis ahora y aspirad tan alto como queráis llegar. El universo está de vuestra parte.
Lo que me he dejado en el tintero
Napoleon Hill trata otras muchas cosas, y siempre desde un enfoque más práctico del que me es posible en estre breve artículo. Desde la concentración, de la autosugestión a como convertirse en un líder hasta virtudes como el valor, la honradez y la perseverancia. También habla de sexo y aquí es raro de narices y según él esto explica porque la mejor edad para hacerse rico es a partir de los cuarenta (algo bueno tendría que tener, ¿no?).