Tal cual lo encontré, tal cual lo paso con permiso de Los Hermanos Cervantes que por algún sitio de su "sitio" lo conceden con la sola condición de citar la autoría, como debe ser. Merece una visita y más de una. Ahí va el botón de muestra sin cambiar casi ni un punto ni una coma.
Son un poco efectistas, vale, pero es porque, como Sócrates, se comportan con las formas y maneras del tábano. Me reservo los comentarios.
Piérdelo todo y otras razones de por qué quedarse sin nada te transforma.Si perdiera mi computadora, buscaría conectarme con el mundo a través de miradas, sonrisas y abrazos.
Si perdiera mi automóvil, haría amigos en el autobús, respiraría el aire fresco de camino a la parada, y bajaría de peso caminando más.
Si perdiera mi casa, me consumiría en dolor y angustia. Me sentiría desnudo, pero me quedaría mi trabajo y mi capacidad para generar abundancia y conseguir otra casa aún mejor.
Si perdiera mi trabajo, me sentiría desorientado y fracasado. Pero me quedaría mi talento, mis artes y mis dones para que otro trabajo venga a mí.
Si perdiera a mis amigos, los extrañaría y lo resentiría. Pero me queda mi encanto y mi humildad para atraer otras amistades que me ayuden a cambiar.
Si perdiera mi familia, a mis seres queridos, a quienes amo. Tardaría tiempo en recuperarme, pero me quedaría una vida para vivir honrando lo que ellos me enseñaron.
Si perdiera mi salud, me sentiría débil y sin esperanza, pero me queda mi espíritu y mi coraje para descubrir que no soy mi cuerpo, y que mi sanación va más allá de lo físico.
Si perdiera mi talento, me sentiría inseguro e inferior. Pero me queda mi sabiduría, para descubrir que el talento nunca se fué, sólo se tomó un decanso para que yo explorara en el sótano de mis dones olvidados.
Si perdiera mi dignidad, me sentiría avergonzado y amargado. Pero me quedaría la soledad para reflexionar y entender que nadie me puede quitar mi dignidad más que yo mismo. Si yo me la quité, yo me la puedo devolver.
Y si lo perdiera todo, todo lo que tengo, todo lo que soy, todo lo que hago. En medio de mi desnudez material y mental, entendería que perderlo todo significa ganarlo todo. Porque con mi piel celestial al viento entendería que venimos de la nada, nacimos sin nada y que nada y vacío son libertad, libertad de sacudirnos de lo que pensábamos que éramos y comprender que debajo de todo lo que nos liga a este mundo está la fuerza que nos impulsa a superar cualquier límite impuesto por nuestras ataduras...
Entonces comprendí que perder no es perder. Perder en realidad, es descubrir, deshechar el papel de regalo que nos envuelve, perder es abrir los ojos, es despertar.
Comprendí que nunca lo perdería todo, pues yo soy todo.
¿Y ahora qué?
Esta es la parte de auto-ayuda. Talvez no tan sublime y poética, pero si queremos ser integrales hay que vincular lo subjetivo con lo objetivo.
Lo primero que pensamos al leer este tipo de pensamientos es que podríamos estar subestimando el valor de lo que tenemos, somos y hacemos. ¿Qué acaso debo deshacerme de mi familia y vender mi casa para descubrir esta desnudez celestial de la que hablan estos hermanos de pacotilla?
Pues no. Esa no es la idea. Más bien, por cuanto amamos y valoramos lo que tenemos, es imperante desarrollar nuestra capacidad de emular nuestra desnudez sin necesidad de abandonarlo todo. Recordemos que este es un blog para gente normal, no para super gurúes espirituales.
Así que los dejamos con la siguiente práctica:
Todas las mañanas o todas las noches, busca un espacio relajado y privado donde puedas meditar. Durante esta meditación imagina qué pasaría contigo si perdieras algunas de tus cosas, relaciones y valores más preciados. Desde luego, las primeras emociones que imaginarías serían de desdicha y sufrimiento. Vívelas, no las reprimas.
Luego intenta visualizar en esta meditación qué harías para seguir adelante. ¿Cómo te levantarías? ¿De qué te arrepientes? ¿Qué hubieras hecho si hubieses sabido que ibas a perder eso que tanto apreciabas?
Con el tiempo, verás que tu capacidad de vivir más intensamente lo que tienes se irá refinando. Querrás pasar más tiempo de calidad con tu familia, redimir errores del pasado, perdonar gente, dar más abrazos y ¿por qué no? hasta en algunos casos puedes dejar ir aspectos y cosas de tu vida que sólo te estorban en tu camino de evolución personal.
Imagínate desnudo todos los días. Piérdelo todo en tu imaginario mental a diario. Entrénate para ser quien realmente eres. Un desnudista permanente. Un actor porno de la vida espiritual.
Namasté