Pierna independentista

Publicado el 03 agosto 2019 por Daniel Guerrero Bonet

Al maestro Millás, con admiración.Como esas regiones que se quieren separar de sus países, una pierna de mi cuerpo pugna por ir a su aire y no cumplir con la legalidad que emana del cerebro. Se comporta como si tuviera pretensiones soberanistas y, con los años, actúa con abierta desobediencia a mi voluntad. No es extraño, así, que muchas mañanas amanezca girada hacia el otro lado sobre el que estoy acostado en la cama y tenga que obligarla a ocupar la posición que le corresponde, paralela o encima de la otra pierna, para poder seguir durmiendo en paz. En ocasiones, también, cuando estoy sentado en un taburete, me obliga a ponerme de pie y sacudirla, porque parece que se evade, se desconecta y no la siento. Si antes no la despierto y la espabilo, podría caerme al intentar dar un paso sin su ayuda. Con los años, no oculta sus intenciones de rebelarse e independizarse. Y hasta me parece escuchar, cuando estoy a punto de cerrar los ojos durante la siesta, una voz lejana que clama por el derecho a decidir. Un cosquilleo en la pierna, como un calambre, me hace renunciar al sueño y cambiar de canal en la televisión. Dejo los telediarios, que continúan con las noticias sobre secesionistas catalanes, y me enfrasco con los documentales sobre leones y guepardos de África que devoran sin contemplaciones a sus presas. Entonces, observo la pierna independentista con mirada severa para advertirle: la amputación no te hará libre, desagradecida.