En nuestro cuidado habitual, siempre debemos tener un hueco para los sufridos pies. Se suelen cuidar más en épocas estivales, porque se ven más. Pero llegado el frío y el invierno, como siempre van tapaditos, tendemos a cuidarlos menos y pasan a ser una parte de nuestro cuerpo algo olvidada. Pero una buena pedicura sin salir de casa es imprescindible hacerla por lo menos cada dos semanas.
Algunos consejos que sientan estupendamente a nuestros pies:
En un barreño ponemos agua bien caliente y añadimos unas sales de baño. Nos relajamos y los dejamos en remojo al menos 15 minutos.
Pasado este tiempo, con una piedra pómez, trabajamos las durezas que suelen aparecer en talones y otras zonas.
Aclaramos con agua fría para estimular la circulación. Aprovechamos y cortamos las uñas, eliminamos cutículas, limamos.
Como veis, por un precio más que asequible podemos tener unos pies suaves y bien cuidados.
No hay excusa, no solamente conseguiremos una buena pedicura, unos pies limpios y sanos, sino que además este cuidado actúa como relajante. Os animo a probarlo.