Género. Novela.
Lo que nos cuenta. El agente número 67 es uno de los muchachos orientales que forma parte de un complot terrorista orquestado por una nación extranjera contra los Estados Unidos de América, la Operación Estrago, y que llega al país para vivir bajo el techo de una familia norteamericana, que le apodará como “Pigmeo”. Su entrenamiento incluye toda clase de formación en armas, explosivos, combate cuerpo a cuerpo y un adoctrinamiento férreo sobre el nido de serpientes y cubil de corrupción que son los USA, pero en realidad no está totalmente preparado para lo que el país ofrece y tendrá que improvisar para no sentirse absorbido por su decadente cultura y para no fallar en su misión.
Mi opinión. Entretenida novela de ritmo muy alto, miles de bromas con distintos tonos y colores de humor (normalmente muy lejos del blanco), que llegados a cierto punto puede pecar de repetitiva o de ofrecer variaciones sostenidas sobre el mismo tema, bastante alocada por momentos incluso para el autor (desde el punto de vista de las peripecias en la trama), que recurre con demasiada frecuencia al “chapoteo” y lo chabacano si tenemos en cuenta sobre lo que habla, divertida, llena de citas reales tan terroríficas como apropiadas, relativamente crítica porque subyace la impresión (al menos para mí, estimados lectores) de que se termina recurriendo a la visión de bueno-sí-esta-sociedad-tiene-muchos-fallos-pero-es-lo-mejor-que-ha-logrado-el-mundo-y-al-final-atrapa-a-todos, con estilismos y recursos de Palahniuk ya conocidos por todas partes, que tal vez hubiese sido más exitosa en lo literario si se hubiese recortado en páginas, con aires de comic por momentos y que sirve para pasar un buen rato más que para reflexionar en profundidad, lamentablemente.
Destacado. El autor es muy reconocible en el formato y su manejo pero su fondo es mucho más delgado (y obvio) de lo habitual.
Potenciales Evocados. Los equívocos de “La tesis de Nancy” y los descontroles de “El guateque” pero desde perspectivas mucho más sarcásticas y contemporáneas, manejado con espacios para la sátira de las obras de espías, las de artes marciales orientales, de la propia sociedad estadounidense e incluso, con más seriedad oculta entre los otros miles de chistes, de cierta sociedad totalitaria oriental.