La interesante voz que hoy os proponemos procede del latín *pediŏla, a su vez de pes, pedis (pie)... no en vano las tres acepciones que exponemos más arriba están fuertemente ligadas a este concepto anatómico...
Encontramos dos fantásticos ejemplos en la obra de Juan Valera; el primero dentro de su obra De varios colores:
"...Era una fuerte rodela, en cuya plancha de acero figuraba en esmalte, sobre campo de gules, un azor, cubierta la cabeza por el capirote y asido por la pihuela a una blanca mano que parecía de mujer. Tú tienes en el hombro derecho dijo el anciano grabado con indeleble marca, un azor semejante al del escudo. Por él serás un día reconocido y se sabrá quiénes son tus padres..."
Y el segundo en su obra Morsamor:
"...Varios ulemas, magos y astrólogos del Real Consejo privado, venían también en burros; monteros y cazadores, de a pie y de a caballo, traían la jauría de podencos y lebreles; doce diestros cazadores de altanería, todos a caballo, llevaban en el antebrazo izquierdo, asidos a la lúa de becerro con las acicaladas garras, ya poderosos neblíes, traídos a mucha costa de las montañas de Elburz o de Mazenderán a orillas de mar Caspio, ya ágiles alfaneques africanos, retenidos por la pihuela para que no echasen a volar, y todos con sus capirotes de grana y con sutiles cascabelillos de oro en las nervudas patas..."
¡Hasta la próxima palabra recién traída en rica parihuela! ;-).(Sugerida por... José Luis)